1. La creación del Estado
franquista: fundamentos ideológicos y apoyos sociales. Evolución política y
coyuntura exterior. Del aislamiento al reconocimiento internacional. El exilio.
2. La consolidación del
régimen. Las transformaciones económicas. De la autarquía al desarrollismo. Los
cambios sociales.
3. Elementos de cambio en la
etapa final del franquismo. La oposición al régimen. Evolución de las
mentalidades. La cultura.
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1.
La creación del Estado franquista:
fundamentos ideológicos y apoyos sociales. Evolución política y coyuntura
exterior. Del aislamiento al reconocimiento internacional. El exilio:
Los
militares que se sublevaron en julio de 1936 lo hicieron con un propósito contrarrevolucionario:
impedir una revolución social y erradicar todos los factores políticos,
sociales y culturales que habían llevado a la aparición de la amenaza
revolucionaria. No se trataba sólo de destruir a las fuerzas de izquierda, sino
de anular las libertades básicas que les habían permitido desarrollarse. Esto
suponía romper con el Estado liberal fundado en el siglo XIX y los atisbos
democráticos de la II República para crear un Estado nuevo, basados en
lo que en Europa se llamaba movimientos fascistas y que en España estaba representado
por Falange Española. Uno de estos rasgos era el principio de
caudillaje, por lo que se concentraron todos los poderes en la persona de un caudillo,
que en este caso era Franco, elegido por sus compañeros de armas en
septiembre de 1936. Otro rasgo fascista es el partido único, para
ello Franco creó con el decreto de unificación de 1937 FET y de las JONS,
aunque este grupo político fue sólo instrumentalizado por el general Franco y
nunca tuvo la influencia que estos partidos tuvieron en la Italia Fascista o la
Alemania Nazi. En la configuración del nuevo Estado influyeron, también, las
corrientes católicas antiliberales, el componente católico fue siempre esencial
en el régimen (nacionalcatolicismo), aunque a partir de los años sesenta
el catolicismo español comenzó a renovarse, alejándose de los principios
políticos autoritarios, también se alejó del franquismo.
El régimen también tenía su origen en un alzamiento
militar, por lo que Franco dio siempre un papel político fundamental al
ejército. Pero fue siempre una dictadura personal que incluía o no en el
gobierno a grupos conocidos como familias: la familia falangista, la
familia militar, la familia católica (en los años sesenta los tecnócratas del
Opus), la familia tradicionalista y monárquicos moderados.
El origen de la dictadura fue la Junta de
Defensa Nacional que, establecida en Burgos, presidió el general Cabanellas
y que desde el 1 de octubre de 1936 dio paso a una Junta Técnica del Estado
presidida por el general Franco. Originariamente el alzamiento contra la
República es una sublevación militar apoyada por grupos sociales e ideológicos
conservadores, pero carentes de una política propia, concreta y articulada. Las
dos principales fuerzas políticas e ideológicas que apoyaron el
levantamiento militar fueron Falange Española y de las JONS y el Requeté.
Falange Española fue creada por José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador
de los años veinte, durante los años de la República y se había fusionado con
las Juntas de Ofensiva Nacional
Sindicalista de Onésimo Redondo, adoptando una doctrina inspirada en los
modelos autoritarios fascistas de la época, aunque sin el carácter racista del
nazismo y con una gran aceptación de la religión católica, mayor que en el fascismo
italiano. El Requeté o carlismo es una consecuencia de la crisis dinástica que
se produjo tras la muerte de Fernando VII, en torno al pretendiente se aglutinó
una parte del conservadurismo español, que fue articulando su propia doctrina,
que se resumía en la trilogía:”Dios, patria y rey”. El Decreto de
Unificación de 1937, además de la unión de estos grupos, proclamó jefe de
este nuevo “partido” a Franco (quien aglutinaba en su persona un liderazgo
carismático, el caudillaje y facultades ejecutivas y legislativas). La base
ideológica de este partido único, cuyo Jefe lo era también del Estado y del
ejército, fue la falangista, contenida en sus veintiséis puntos, a la que se
añade la aportación del Requeté, que supone la aceptación del hecho monárquico
y una fuerte inspiración religiosa. El Estado que surge de esta ideología es
totalitario, encuadrando a todos los sectores: la economía y la producción
en sindicatos verticales, a los universitarios en el SEU, a los jóvenes en la
Organización Juvenil Española (OJE) o Frente de Juventudes y a las mujeres con
interés en la vida pública en la Sección Femenina. Los objetivos económicos y
sociales del nuevo régimen se vieron plasmados en el Fuero del Trabajo, si bien
no se nacionalizó la banca y se aceptó
un modelo de economía capitalista en
contra de lo preconizado por Falange;
tampoco se siguió el ideario inspirador en cuanto a la forma de gobierno.
Terminada la Guerra Civil el régimen
procuró su institucionalización, y así, en 1942 se crean las Cortes, modificadas
al acabar la guerra mundial, y que se
configuran como órgano representativo y participativo, pero sin mermar la
capacidad legislativa del jefe del Estado ni aceptar la existencia de partidos
políticos, que se proscriben, por lo que los representantes son elegidos a
través de los ayuntamientos, los sindicatos y la familia: es el triunfo de la democracia
orgánica.
En 1947, y también por la presión
internacional, el régimen da solución al problema de la forma de gobierno: España
se constituye en reino, pero sin monarca, por cuanto el Jefe del Estado sigue
disfrutando de magistratura vitalicia y plenitud de poderes. Así, el Estado
es una dictadura conservadora que reúne todas las características de
un régimen autoritario: ideología oficial, partido único dirigido por un
dictador, control policíaco, concentración de todos los medios de propaganda y
militares, así como una dirección controlada de la economía. Sólo la Iglesia
católica, que apoya al régimen, cuenta con libertad al margen del Estado.
En 1958 el general Franco decide la
promulgación de los llamados Principios del Movimiento Nacional ,
que se proclaman permanentes e inalterables, en los que se trata de dar un
resumen ideológico de las llamadas Leyes Fundamentales : Ley de la Administración Central del Estado-enero
de 1938- (se concede al Jefe del Estado la potestad de dictar normas
jurídicas), Fuero del Trabajo-marzo
de 1938- (sentaba los principios de la política social y definía el papel de
los nuevos sindicatos o sindicatos verticales), Ley Constitutiva de las
Cortes –julio de 1942- (deliberaban sobre las nuevas leyes y sus
representantes eran designados por instituciones que controlaba el régimen), Fuero de los Españoles –julio de 1945-
(derechos y deberes de los españoles), Ley
de Referéndum –octubre de 1945- (el Jefe del Estado podía someter a
Referéndum los proyectos de ley de especial trascendencia, se convocaron dos,
en 1947 para aprobar la ley de Sucesión y en 1966 para aprobar la ley orgánica
del Estado), Ley de Sucesión a la
Jefatura del Estado –julio de 1947-(España era declarada reino y el Jefe
del Estado sería don Francisco Franco Bahamonde, pero dejó en sus manos también
el momento en que se restauraría la monarquía y le autorizó a proponer a las
Cortes la persona que habría de sucederle como rey o regente), ley de Principios del Movimiento –mayo de
1958- (recapitulaba los principios en que se basaba el régimen y los definía
como permanentes e inalterables), Ley
Orgánica del Estado –enero de 1967- (estableció que una parte de los miembros
de las Cortes serían elegidos por los padres de familia y las mujeres casadas),
a partir de estas leyes algunas se refundieron y modificaron, según la
actuación de los diferentes gobiernos y del propio Franco, teniendo en cuenta
también la presión internacional.
El Consejo Nacional es un alto organismo deliberante, asesor del Jefe
Nacional y en caso de muerte o incapacidad de Franco, nombraría a su sucesor,
en él estaban representadas la personalidades más destacadas del partido único
o movimiento nacional.
Las fuerzas sociales que apoyaron al nuevo
régimen fueron: el ejército y clero que ya hemos nombrado, los grandes
propietarios agrícolas, los campesinos medios de la Meseta y de Navarra y
algunos sectores de las clases medias por la experiencia revolucionaria de
1936-1939 y miembros de la alta burguesía financiera e industrial del país.
Si hablamos de evolución política, podemos hablar de 3 grandes etapas:
1ª
Etapa: de 1939 a 1950 de larga Postguerra (la veremos en este apartado).
2ª
Etapa: de 1951 a 1958, es la época de la primera apertura.
3ª
Etapa: de 1958 a 1973: desarrollo económico y cambio social.
- El final del
Franquismo: Búsqueda de una nueva política (1974-1977), aunque en
noviembre de 1975 muere Franco).
Hay
otros historiadores que hablan de tres fases, algo diferentes: la Primera de
autarquía desde 1939 a 1950, la segunda de aperturismo exterior de 1950 a 1973
(con el desarrollismo de los años 60 y los tecnócratas del OPUS) y el final del
Régimen, desde 1973 hasta la aprobación
del proyecto de Reforma Política del gobierno Suárez en julio de 1976, aunque otros afirman que el
final concluye cuando muere Franco y es elegido rey Juan Carlos I.
La
acción de los gobiernos en el período 1939-1952: Franco elegía a los ministros de sus gobiernos y permanecían en él siempre y cuando
contaran con su confianza, por norma general los distribuía por familias
políticas, por ejemplo: los carlistas solían tener Justicia, los católicos
Educación, los militares las tres carteras de Defensa y los falangistas:
Trabajo, Agricultura y Sindicatos, a ellos se unían personalidades
conservadoras de carácter técnico que ocupaban las carteras de Hacienda, Obras
Públicas o Industria.
Medidas de tales gobiernos: al acabar la guerra se promulgaron una serie de
leyes para exigir responsabilidades a quienes hubieran colaborado con las
autoridades republicanas: Ley de Responsabilidades Políticas de 1939, Ley de
Represión de la Masonería y el Comunismo o Ley sobre Seguridad del Estado.
Asimismo se restringían las libertades clásicas del sistema liberal: de prensa,
de reunión y asociación… Se produce una depuración de las personalidades más
destacadas del campo cultural, algunas tuvieron que exiliarse y entre los que
se quedaron se desencadenó una fuerte represión. En 1939 se creó el CSIC para
promocionar la investigación científica y humanística dentro de una ortodoxia
filosófica representada por el neotomismo. La política educativa favoreció el
renacimiento de la enseñanza privada en manos de las órdenes religiosas, que alcanza
su apogeo en los años cincuenta.
La política económica se movió entre la
necesidad de reconstrucción del país y la imposibilidad de hallar, durante la
II Guerra Mundial el apoyo internacional necesario para hacerlo. De ahí que se
aplicara una política económica autárquica
acompañada de una fuerte intervención del Estado con el objetivo de
industrializar al país ( se introdujeron nuevas industrias con apoyo
gubernamental, y se crea el INI), controlar estrictamente, a través del
gobierno, el escaso comercio exterior, aumentar la producción agraria (este
intento fracasó debido a diversas causas, tales como técnicas muy
rudimentarias, rendimientos bajísimos, condiciones metereológicas
desfavorables, defectos estructurales…La producción insuficiente trajo consigo
la aparición de racionamientos-cartillas de racionamiento-, precios de “tasa” y
mercado negro).
En política
social se apoyan en los postulados del nacionalcatolicismo
(teoría social elaborada por los falangistas que pretendían haber hallado las bases
de un sistema social que evitaba los inconvenientes del socialismo y del
capitalismo, aunque como en España seguía existiendo el capitalismo, muchos de
sus postulados no pasaron de las declaraciones. Sus aspectos básicos fueron:
supresión de los sindicatos obreros y creación de los sindicatos únicos por
cada rama de producción en los que se reunían trabajadores y
empresarios-sindicatos verticales-, el gobierno los controlaba a partir del
Ministro Delegado Nacional de Sindicatos y los altos cargos sindicales que los
nombraba también el gobierno. El gobierno también fijaba los salarios y los
obreros no tenían derecho a huelga, se desarrolló un sistema muy completo de
Seguridad Social (obra del falangista José Antonio Girón): Seguro Obligatorio
de Enfermedad, Vejez, Maternidad, Invalidez, de Accidentes y Enfermedades
Profesionales, de Desempleo y finalmente la Seguridad Social Agraria.
Política
Internacional o exterior: Determinada por la II Guerra Mundial y sus
consecuencias, sus líneas generales son: colaboración con Alemania: el inicio
de la Guerra Mundial, y la entrada de sus dos principales aliados en
ella-Alemania e Italia-colocaron al gobierno español en una situación difícil,
porque ambos países presionaron a Franco para que entrara en guerra al lado de
ambos países. El ministro de Asuntos Exteriores español- Juan Beigbeder-
mantiene a duras penas una declaración de neutralidad hasta junio de 1940, pero
la presión nazi hace que se declare la “no beligerancia”, se abre entonces en
el gobierno español una actitud más germanófila, de la mano del cuñado de
Franco: Serrano Suñer, y se sustituye a Beigbeder por Serrano Suñer en
Exteriores, abriéndose un período colaboracionista con los nazis hasta finales
del verano de 1942, en este contexto se promueve la entrevista de Hendaya
entre Hitler y Franco en octubre de 1940, para establecer las condiciones en
las que España iba a entrar en la Guerra, aunque el incumplimiento de
requisitos por parte de Alemania y los cabos sueltos hicieron que España no
entrara en la Guerra Mundial. El ataque alemán a la URSS en junio de 1941
ofreció a Franco la posibilidad de mostrar su apoyo a Alemania, con el envío de
la División Azul al frente ruso. Cuándo en otoño de 1942 la situación
militar alemana comienza a deteriorarse comienza el distanciamiento español, se
sustituye a Serrano Suñer por el conde de Jordana en Asuntos Exteriores, se
produce una declaración de neutralidad y se hace regresar a la División
Azul. Se intenta una aproximación a los
aliados, aprovechando los incidentes de Begoña –Varela, el
ministro militar es herido, se aparta a Serrano Suñer y a Falange. La victoria
de los aliados desencadenó una fuerte oposición internacional contra todos los
grupos y sistemas políticos que habían manifestado algún tipo de apoyo e
identificación con los vencidos; y el sistema político español sufrió
esta dura oposición entre 1946 y 1948: la ofensiva empezó con una nota
oficial de los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, en la que
rechazaba la legitimidad del gobierno español y se manifestaba la confianza de
que la oposición interior lograría cambiar el sistema político del país. Esta
declaración fue reafirmada por la ONU, que en diciembre de 1946 condenó el
régimen político español y recomendó a todos los países que retiraran
a sus embajadores de Madrid. Al mismo tiempo la oposición política española
desde el exterior iniciaba una serie de presiones que iban desde el “Manifiesto”
de D. Juan de Borbón –que presentaba la restauración de la monarquía
liberal como única salida viable para España- hasta la penetración por el
Pirineo de grupos de guerrilleros “maquis”, que ya habían luchado en
Francia en la “Resistencia” contra los alemanes. La respuesta de Franco se
basó: 1.en una fuerte campaña interior, de un nacionalismo exaltado, en la
que se presentó la “presión” de los aliados como un atentado a la dignidad y
soberanía nacionales. Una gigantesca manifestación en Madrid en la Plaza de
Oriente vino a apoyar esta política de resistencia. 2. Una movilización del
ejército, que fue desplazado al Norte del país, donde inició una tarea de
“limpieza” de los grupos guerrilleros. Pero la presión internacional adquirió
pronto un nuevo aspecto: el bloqueo económico. Por ello cuando los
países europeos beligerantes iniciaban su reconstrucción (Plan Marshall de
USA), la economía española seguía en su más negra penuria, apoyándose en sus
escasos recursos (autarquía).
A partir de 1943 el sistema político español inició una serie de transformaciones
que le llevarían a prescindir de muchos
de sus signos de tonos fascistas (saludo, uniformes, himnos…) y empezó a
adoptar formas que resultan menos chocantes dentro del modelo político de
democracia liberal que se imponía en Europa Occidental. Las Leyes que permitieron esta transformación fueron: Ley de Cortes
(1942), Fuero de los Españoles, Ley Municipal (1945) que establecía la forma de
acceso a los cargos municipales (concejales) dando entrada a la vía de la
elección, aunque un tanto descafeinada y la Ley de Sucesión en la Jefatura del
Estado (fue aprobada por el primer referéndum, tras la Guerra Civil, celebrado
en España). No suponían más que modificaciones que organizaban la participación
ciudadana en el sistema político sin aceptar los postulados de las democracias
parlamentarias, a este sistema se le llamó “democracia orgánica” que restringía
el derecho a la libertad de expresión, no había partidos políticos y los
sindicatos eran los verticales, sólo se podía participar dentro del Movimiento
Nacional, cuya Jefatura estaba en manos de Franco, además las Cortes eran sólo
consultivas. El acceso a cargos políticos se solía hacer por nombramiento del
gobierno.
Estas modificaciones no cambiaron la
opinión de los países occidentales sobre el régimen político español. Fue
un viraje en la política internacional el que les obligó a mirar con
benevolencia al régimen político que había sido condenado por ellos en 1946.
Este viraje arranca de la “Guerra Fría”, ya que el mundo quedó divido en dos
bloques: capitalista y comunista. A partir de 1948 la política exterior de los
Estados Unidos quedó marcada por un fuerte anticomunismo, que le obligaba a
buscar “aliados seguros”, entre los que sin duda había que contar al régimen
español. Desde 1949, con la creación de la OTAN, aunque España no formó parte de
la organización, Estados Unidos la integró en el sistema defensivo occidental,
y con ello se iniciará la segunda etapa o la Primera Apertura (1951-1958).
El exilio, más de 500.000 españoles iniciaron una triste retirada
que les llevaría hasta la frontera francesa donde en muchos casos les seguía
esperando la tragedia y la muerte, tras el final de la Guerra Civil. Muchos
combatieron al lado de los aliados en la II Guerra Mundial, en la resistencia
francesa y luego en el ejército francés-muchos de los tanques de la división
acorazada francesa que toma París llevan el nombre de localidades o batallas de
la guerra española y son mayoritariamente españoles, a ellos se añaden los
niños exiliados de la guerra en la URSS y en México fundamentalmente; la
victoria aliada dio nuevo ánimo a los sectores republicanos, que en agosto de
1945 un centenar de diputados de las Cortes republicanas eligieron en México a
un nuevo jefe de Gobierno, José Giral. Serán exiliados ilustres: Alfonso XIII,
Manuel Azaña, Pompeu Fabra, Rafael Alberti, Gregorio Marañón, Semprún o Ramón
J.Sender, algunos no regresaron jamás y otros murieron en el exilio y otros
pocos volverían tras la muerte de Franco.
2. La consolidación del régimen. Las
transformaciones económicas. De la autarquía al desarrollismo. Los cambios
sociales.
La
década de los cincuenta resultó particularmente tranquila para el régimen de Franco. El aislamiento internacional desapareció, la actividad de la oposición
se redujo al mínimo y la economía
empezó a crecer a un ritmo satisfactorio. Nada amenazaba al caudillo, que
todavía se hallaba en plenitud de facultades. Las fechas más importantes de toda la década fueron las de 1953 (convenio con USA-España recibió ayuda económica y ayuda militar
para modernizar nuestras fuerzas armadas, y Concordato con la Santa Sede-España presentaba al Vaticano los
nombres de los nuevos obispos y a cambio subvencionaba a la Iglesia y le daba
plena libertad para su actividad religiosa y docente) y 1959, cuando el plan de
estabilización dio un giro a la política española. Entre 1951 y 1953 España fue admitida en la OMS, UNESCO, OIT; en 1955
en la ONU y en 1958 en el FMI y el Banco
Mundial. En los años 60 España entró en una etapa de rápida transformación: el desarrollo
económico alcanzó un ritmo sin precedentes históricos, las ciudades crecieron
por efecto del éxodo rural, comenzaron a difundirse los automóviles baratos y
los electrodomésticos, empezaron a cambiar las maneras de pensar y las
costumbres y también el catolicismo entró en un período de renovación. Frente a
todo ello el régimen de Franco resultaba cada vez más anacrónico. El declive
físico del dictador fue acompañado por un declive de su régimen, que seguía
reprimiendo toda manifestación de protesta pero que tenía cada vez menos
partidarios, sobre todo entre los jóvenes.
Por lo expuesto hasta el momento nos referimos a un período que
podríamos encuadrar entre finales de los años 50 y finales de los años
60, y que se caracteriza por el final de la etapa autárquica que hemos
mencionado en el apartado 1 y el
desarrollismo que para la mayoría de los historiadores llega hasta el año
1973 (Gran Crisis Económica), pero que políticamente resulta más interesante
adelantarla a julio de 1969 cuando las Cortes aceptan como sucesor de Franco,
con el título de rey, al príncipe D. Juan Carlos de Borbón, y se toma como
final de una etapa, en cualquier caso y siempre teniendo en cuenta esta
consideración describiremos brevemente este período: Entre 1960 y 1972 la
economía española experimentó un fuerte crecimiento, reflejo del crecimiento
que a su vez han experimentado los países capitalistas de Europa Occidental (en
los países de la CEE); en estas circunstancias, en 1957 tomó las riendas de la
política económica un equipo de políticos (López Rodó, Ullastres, Navarro Rubio-“tecnócratas”), dispuestos a favorecer
al máximo el contacto de la economía española con la del mundo
capitalista. Tras un período de reajuste
de los mecanismos de la política económica, se aprueba el Plan de Estabilización de 1959 basado en tres elementos: la
disciplina financiera (para evitar el déficit estatal se aumentan los impuestos
indirectos, el recorte del gasto y la fijación de un tope en el crédito
bancario, por esto no crecerá la inflación al menos teóricamente), liberalización
económica interior (se eliminan organismos interventores y se liberalizan los
precios), liberalización exterior (se facilitó el comercio exterior y la
entrada de inversiones extranjeras, se devaluó la peseta para hacer las
exportaciones competitivas), a todo ello se fue sumando las divisas que
mandaban los inmigrantes españoles en los países europeos y el dinero aportado
por el turismo extranjero en nuestro país, que en busca de sol y playa
comienzan a venir masivamente.
El cambio social: Una transformación económica como la que
experimentó el país entre 1960 y 1972 implicaba un profundo cambio en la
sociedad: la sociedad española de 1970 era radicalmente distinta a la de 1940,
en conjunto la de 1970 se acercaba más a la de los países desarrollados. Pero este
cambio afectó además al sistema de valores y a los modelos de conducta
aceptados por la mayoría de la población. Una serie de hechos contribuyeron a
esta modificación: la desaparición de la familia tradicional, típica del mundo
rural (hábitos de colaboración, solidaridad, autoridad), el aumento y
diversificación de la información (prensa, radio, televisión…), aumento del
consumo cultural (libros “de bolsillo”, cine, revistas, extensión de la
enseñanza…), mayor facilidad para la comunicación y los intercambios entre
personas de áreas muy diversas: aumento de las personas que viajan, profunda
transformación que se produjo en importantes sectores del clero. El nuevo tipo
de sociedad que se fue configurando en la década de los sesenta resultaba más
conflictiva, con un nivel de vida más elevado-aunque con importantes núcleos de
pobreza-, mayor movilidad social, mayor sentido crítico y sentido de
participación en las decisiones de la colectividad, junto a la demanda de
bienes de todo tipo y el deseo de ascenso social.
El cambio social planteaba al régimen, en los
años 60, un reto político: ¿Sería capaz de adaptar sus estructuras a las
exigencias del nuevo tipo de sociedad? ¿Bastaría con una modernización de la
burocracia estatal para encauzar y resolver los problemas de la nueva sociedad?
El desarrollismo: situado cronológicamente en los años 60 y llevado a
cabo por los tecnócratas del OPUS DEI, supone un acercamiento a la economía
capitalista, con un crecimiento o desarrollo económico constante (con una media
de 5,3 %) basado en la cercanía al Mercado Común Europeo, a una energía barata,
el incremento de las importaciones-materias primas y bienes de equipo
tecnológicamente avanzados, la entrada de divisas por exportaciones y la de los
inmigrantes, éxodo rural que proporciona mano de obra barata y mercado local y
planificación económica indicativa por parte del gobierno, en donde se fijaban
objetivos y proporcionaba incentivos a la industria privada-Polos de Desarrollo-, son los llamados Planes de Desarrollo (el I Plan de
Desarrollo comienza en 1964).
Políticamente: comienza a desarrollarse la oposición al régimen: ETA aparece en 1961 como una escisión del
PNV, monárquicos,democristianos y socialdemócratas que habían colaborado con el
régimen como Areilza, Ruiz Jimenez, aparece Comisiones Obreras.
Se busca la adhesión al Mercado Común, pero España es rechazada por su régimen
político. Se modifican aspectos del
sistema político mediante: La Ley de Convenios Colectivos (1958), la Ley de
Prensa y la Ley Orgánica del Estado-una parte de los procuradores en Cortes
serán elegidos por los cabezas de familia y mujeres casadas- de 1966, en 1967
la Ley de libertad religiosa o la Ley de Educación de 1970.
Pero el régimen no acepta la democracia
parlamentaria, al estilo europeo, esto se percibe porque en esta época se
reafirman los principios del movimiento en la Ley de Principios Fundamentales
del Movimiento en 1958 o la Ley Sindical de 1971.
Por último mencionar lo acaecido en julio de
1969, cuando don Juan Carlos es
nombrado sucesor de Franco-ya
mencionado- y en 1972 se decide que en caso de fallecimiento del caudillo,
pasaría a ser su sucesor don Juan Carlos, con título de rey y el vicepresidente
del gobierno-en ese momento el almirante Carrero Blanco- Jefe del Gobierno-parecía
que sería el almirante la persona elegida por Franco para que el régimen
continuara tras su muerte.
3. Elementos de cambio en la etapa final del
franquismo. La oposición al régimen. Evolución de las mentalidades. La cultura
A. ELEMENTOS DE CAMBIO EN LA ETAPA
FINAL DEL FRANQUISMO.
Las transformaciones económicas y
sociales de los años sesenta, junto con la aspiración de los españoles a
integrarse en Europa, la penetración progresiva de los modos de vida
occidentales, la entrada en la Universidad de nuevas generaciones que no habían
vivido la Guerra Civil, la paulatina desvinculación a los ideales que
condujeron a la rebelión militar o el rebrote de los nacionalismos fueron modificando la sociedad española hacia
una actitud de rechazo del gobierno dictatorial.
Todos estos elementos de cambio
surgieron como consecuencia de la necesaria liberalización del régimen,
comenzada a finales de la década de los cincuenta y no hubo forma de
minimizarlos por más empeño que puso el régimen en hacerlo. Incluso la Iglesia,
que se había identificado con el franquismo durante las primeras décadas del
régimen, comenzó a criticar su continuidad en la persona del cardenal Vicente Enrique y Tarancón. Y,
dentro del ejército, se constituyó la UMD
(Unión Militar Democrática) que pretendía hacerlo más democrático (en el verano
de 1975 fueron detenidos sus principales líderes).
La Ley de Prensa de 1966 permitió la aparición de nuevas revistas,
diarios y editoriales que manifestaron una tímida crítica contra el régimen.
Así, salió a la luz la obra de artistas y autores hasta entonces prohibidos,
incluso de los españoles exiliados.
Sin embargo, un cambio esencial fue el
relegamiento de la oposición exterior en el exilio. Los gobiernos
constituidos tras la Guerra Civil, pese al reconocimiento que obtuvieron de
algunos países, no consiguieron hacer mella en el franquismo, por lo que, a
partir de mediados de los cincuenta, fueron sustituidos en su trabajo de oposición por la interior, labor conjunta de
trabajadores y estudiantes, mediante huelgas y manifestaciones duramente
reprimidas.
B. LA
OPOSICIÓN AL RÉGIMEN
Desde el final de la guerra, la actividad clandestina de pequeños
grupos del PCE, del PSOE y de la CNT continuó, como prueba el encarcelamiento y
la ejecución de sus militantes que se produjeron desde 1939. A pesar de
ello mantuvieron su pulso con el franquismo en la fase de mayor aislamiento con
actos como las huelgas de Cataluña de 1945 y en el País Vasco en 1947, aunque
disminuyeron su actividad en la década de los cincuenta.
Los monárquicos conspiraron para derrocar al dictador
y hacer retornar la monarquía en la persona del hijo de Alfonso XIII, don Juan
de Borbón. En 1943 un grupo nutrido de tenientes generales dirigió una carta a
Franco en la que pedían la restauración de la monarquía. En 1945, era el propio
don Juan el que hacía público un manifiesto, solicitando a Franco la
restauración monárquica en su persona. Pero Franco contrarrestó la actividad de
este sector con la Ley de Sucesión y, más tarde, negociando con don Juan que su
hijo don Juan Carlos, fuera educado en España bajo su supervisión.
El intento del PCE de introducir en
España una unidad militar que derrocase a Franco fue un fracaso. Unos cinco mil maquis penetraron por el valle de Arán, se
dispersaron por el territorio español y comenzaron una actividad guerrillera
que se mantuvo hasta los años cincuenta, momento en que fue disuelto el último
maquis.
En
esta década (años cincuenta), la oposición interna experimentó unos cambios significativos: la renuncia a la
práctica violenta, la concienciación social y generacional y el desembarco en
sectores universitarios y en el seno de los sindicatos franquistas. La
actividad más común fue la huelga para solicitar reivindicaciones salariales,
destacando la de los tranvías de Barcelona de 1951. El régimen ante esta
oposición actuó de dos maneras: endureciendo la represión con la promulgación
de la Ley contra el Bandidaje
y el Terrorismo (1958) y la Ley de Orden Público (1959) o aceptando cierta flexibilidad
con la Ley de Convenios
Colectivos de 1958.
En los años sesenta la oposición se
hizo visible en 1962 en el Congreso
de Munich, donde se reunieron miembros de la democracia cristiana,
monárquicos, algunos republicanos y el PSOE, para pedir la democratización de
España. Aquellos procedentes del interior del país fueron detenidos a su
regreso, aunque alguno optó por quedarse en el exilio. Franco calificó tal
reunión como Contubernio de
Munich.
Entre 1964 y 1967 se consolida el
sindicato ilegal Comisiones
Obreras, constituyéndose en el principal referente de la oposición
obrera. El PSOE, tras el relevo
generacional promovió algunos pactos entre fuerzas de la oposición democrática
que no tuvieron trascendencia. El PCE,
dirigido por Santiago Carrillo, impulsó un proyecto de “reconciliación
nacional” con el fin de agrupar a todas las fuerzas de la oposición.
A la vez, surgieron nuevas
agrupaciones políticas, como el Frente
de Liberación Popular (el
“Felipe”) o la Agrupación
Socialista Universitaria, relacionados con la “Nueva Izquierda” europea. El
movimiento estudiantil consiguió que el SEU desapareciera a la vez que se
creaba el Sindicato Democrático de Estudiantes
que tuvo un importante protagonismo a finales de los años sesenta.
Hubo un repunte de la oposición nacionalista,
principalmente vasca y catalana. En Euskadi, nace ETA en 1959, como una escisión del PBV, utilizando el terrorismo a
partir de 1964. En Cataluña, el nacionalismo adoptó una postura más cultural.
En 1971 se creó la Asamblea de Cataluña, que defendía la restauración de
libertades y la recuperación del Estatuto de 1932.
Ante estas fuerzas opositoras, el
régimen utilizó hasta en cinco ocasiones la declaración del Estado de excepción.
C. EL
FINAL DEL FRANQUISMO
Tras el escándalo MATESA, Franco apartó del gobierno tanto a los ministros
que habían tenido algo que ver con la estafa, como a los que la habían aireado (Fraga,
Solís), creándose un gobierno monocolor, con Carrero Blanco en la
Vicepresidencia y en la Subsecretaria de la Presidencia. En 1973 será nombrado Presidente del Consejo de Ministros.
Pretenderá mantener la continuidad del régimen, rechazando cualquier proyecto
reformista que no se atuviera a la Leyes Fundamentales. Pero, para entonces, ni
la situación interior (aumento de las protestas, deterioro de las relaciones
con la Iglesia) ni la exterior (comienzo de la crisis del petróleo en ese mismo
año de 1973) era favorable. Su asesinato, en diciembre de 1973, fue un duro
golpe para el sector inmovilista (el búnker). Fue sustituido por Arias Navarro, que intentó
seguir su estela, pero hubo de enfrentarse a dos problemas prácticamente
insolubles: el agravamiento de la crisis económica (cierre de empresas,
inflación, paro, aumento del déficit) y el incremento de la oposición.
En 1974, el PCE impulsó la Junta Democrática de España que
reclamaba la apertura de un proceso constituyente. Al año siguiente, el PSOE
promovía la Plataforma de Convergencia
Democrática en la que se incluyeron demócratas cristianos y liberales.
Para frenar la propaganda de ambas
formaciones, que acabarían uniéndose en la llamada Platajunta, Arias Navarro propuso en su programa de febrero de 1974
un cierto aperturismo, constituyéndose comisiones para dar salida al Estatuto
de Asociaciones Políticas. Pero apenas se avanzó. Además, tuvo que soportar las
presiones internacionales por las últimas ejecuciones del régimen en septiembre
de 1975.
A todo ello se unió el fin de las
dictaduras en Grecia y Portugal y, sobre todo, la presión de Marruecos sobre el
Sahara español que concluyeron con la movilización de la Marcha Verde de noviembre de 1975 (España acabó cediendo y
entregando el Sahara a Marruecos). En este contexto de desmoronamiento del
régimen, Franco moría el 20 de noviembre de 1975.
D. EVOLUCIÓN
DE LAS MENTALIDADES. LA CULTURA.
El
triunfo del franquismo supuso el fin
de la Edad de Plata de la cultura española. Después de depurar los medios
de comunicación y utilizarlos en su provecho como propaganda del régimen,
pretendió restablecer la cultura católica y nacional tradicionalista, frente a
la liberal y progresista etapa anterior. El pasado imperial se convirtió en la
referencia histórica única, la victoria en la Guerra Civil fue objeto de
representaciones arquitectónicas, escultóricas y pictóricas para ensalzar el
nuevo régimen. Todo lo vanguardista fue rechazado.
La educación, sobre todo durante la etapa autárquica,
fue controlada por la Iglesia, incluida la Universidad, que, al igual que
sucedió con los maestros republicanos, fue depurada. La censura eclesiástica se estableció sobre espectáculos, prensa y
libros.
A pesar de todo, a finales de los años cincuenta y, durante los sesenta, el férreo control fue relajándose.
Algunos intelectuales como Laín Entralgo, López Aranguren, Julián Marías o
Tierno Galván se manifestaron contra los planteamientos culturales de la
dictadura. Algunas publicaciones periódicas como Revista de Occidente o Cuadernos para el Diálogo intentaron superar la uniformidad
ideológica que pretendía el régimen franquista.
Durante los años sesenta, la dinámica
editorial, favorecida por un cierto grado de aperturismo, permitió la
publicación de obras de autores prohibidos hasta entonces como Ramón J. Sender,
Max Aub o Antonio Machado. Y una hornada de nuevos autores publicaron obras con
un claro signo desmitificador de la Guerra Civil: Miguel Delibes, Buero
Vallejo, Torrente Ballester, Camilo José Cela, Blas Otero o Gabriel Celaya.
En
el arte, la arquitectura oficial decae ya en los años cincuenta, cuando
penetran las corrientes racionalista y organicista, coincidiendo con el boom
turístico. Fisac abandona el oficialismo para ingresar en el art-brut y el empleo masivo de hormigón y
vidrieras (dominicos de Alcobendas), Sáez de Oiza presenta un estilo más
colorista (Torres Blancas, Madrid) o Coderch que introduce el organicismo en
España (Torres Trade, Barcelona).
A finales de los cincuenta irrumpen en
España los Grupos, cuyo principal objetivo era adecuarse a las grandes
tendencias que dominaban el arte mundial. El
Paso apuesta por el
expresionismo abstracto, Crónica incorpora el Pop Art, la Nueva Figuración da lugar al hiperrealismo (grupo
Hondo) especialmente con la obra de Antonio López o el escultor Julio López. En
el Minimalismo sobresale la escuela vasca con Oteiza
y Chillida.
En los últimos años de la dictadura se
impone la cultura liberal a pesar de la hostilidad del régimen.
IDEAS FUNDAMENTALES POR APARTADOS:
1. La
creación del Estado franquista: fundamentos ideológicos y apoyos sociales.
Evolución política y coyuntura exterior. Del aislamiento al reconocimiento
internacional. El exilio:
-
El propósito
contrarrevolucionario de los militares sublevados en 1936.
-
España según los
principios de Falange Española: caudillo, partido único, nacionalcatolicismo y además:
papel político fundamental del ejército, las familias políticas.
-
La Junta de
Defensa Nacional y la Junta Técnica del Estado.
-
Los grupos
políticos que apoyaron el alzamiento: Falange Española y de las JONS y el
Requeté.
-
El Decreto de
Unificación de 1937.
-
El Estado
surgido de esta ideología es totalitario.
-
La
institucionalización del régimen: la democracia orgánica.
-
España es un
reino sin rey, una dictadura autoritaria.
-
Los Principios
del Movimiento Nacional: las Leyes Fundamentales.
-
El Consejo
Nacional.
-
Fuerzas sociales
que apoyaron al nuevo régimen.
-
Etapas del
franquismo: evolución política.
-
La acción
política de los gobiernos del período 1939-1952:
Ø
Los ministros.
Ø
Medidas de tales
gobiernos.
Ø
Política
económica autárquica.
Ø
Política social:
nacionalcatolicismo.
Ø
Política
internacional o exterior: entrevista de Hendaya y la División Azul, los
incidentes de Begoña. La condena al régimen franquista por los aliados y la
ONU: “el manifiesto de D. Juan de Borbón”.
Ø
Los maquis.
Ø
La respuesta de
Franco ante el aislamiento y las presiones internacionales.
Ø
El bloqueo
económico y la autarquía.
Ø
Transformaciones
del régimen a partir de 1943: prescindir de signos y las leyes.
Ø
La opinión de
los países occidentales sobre el régimen político español.
-
El exilio.
2. La consolidación del régimen. Las
transformaciones económicas. De la autarquía al desarrollismo. Los cambios
sociales.
-
La Década de los
50: tranquilidad del régimen, fechas importantes de reconocimiento exterior del
franquismo: Acuerdos con USA, Concordato y admisión en instituciones internacionales
relacionadas con la ONU, el plan de Estabilización de 1959 con efectos en los
años 60.
-
Los años 60:
Plan de Estabilización, el desarrollismo, los tecnócratas del OPUS DEI, los
Planes de Desarrollo (Polos de Desarrollo), transformaciones sociales, oposición
política al régimen, los cambios políticos del sistema y el príncipe Juan
Carlos sucesor de Franco.
3. Elementos de cambio en la etapa final del
franquismo. La oposición al régimen. Evolución de las mentalidades. La cultura
A)
ELEMENTOS DE CAMBIO EN LA ETAPA FINAL DEL FRANQUISMO:
-
Elementos que
modificarán a la sociedad española.
-
La importancia
de Tarancón, la UMD y la Ley de Prensa.
-
Oposición
política exterior frente a la oposición
interior.
B)
LA OPOSICIÓN AL RÉGIMEN:
-
La actividad
clandestina.
-
Los monárquicos.
-
Los maquis.
-
Los cambios de
la oposición en la década de los 50.
-
El Congreso de
Munich.
-
Comisiones
Obreras, PSOE y PCE.
-
El “Felipe”,
Agrupación Socialista Universitaria y el Sindicato Democrático de Estudiantes.
-
La oposición
nacionalista: ETA y la Asamblea de Cataluña.
D)
EL FINAL DEL FRANQUISMO:
-
El escándalo
MATESA.
-
Carrero Blanco
presidente del Consejo de Ministros.
-
Arias Navarro
nuevo presidente.
-
La Junta
Democrática, la Plataforma de Convergencia Democrática y la Platajunta.
-
El programa de
febrero de 1974 de Arias Navarro.
-
La Marcha Verde.
-
La muerte de
Franco en 1975.
E)
EVOLUCIÓN DE MENTALIDADES. LA CULTURA:
-
El triunfo del
franquismo y el fin de la Edad de Plata de la cultura española.
-
La educación y
las mentalidades deben evolucionar.
-
El control se
relaja en los años 60.
-
La censura.
-
El Arte.
EJERCICIOS:
1.
Realiza un eje cronológico del tema por apartados.
2.
Haz un listado de los personajes que intervienen en cada apartado y escribe al
lado qué realizó cada uno de ellos y/o qué importancia tuvieron.
3.
COMENTA ESTE MAPA: Descríbelo brevemente y relaciónalo con: la oposición al
régimen de Franco.
“Actividades del maquis"
4. COMENTA
LA IMAGEN SIGUIENTE: Describe lo representado y habla del Desarrollismo y la
política económica de los años sesenta:
5. COMENTA
LA IMAGEN SIGUIENTE: Describe lo que podemos percibir y habla de la evolución y cambio de mentalidad en la España franquista.
“El Pisuerga en Valladolid a mediados de Agosto en los años
60” (Puede interpretarse como una Playa de Levante o Andalucía).
6. COMENTARIO DE TEXTO:
1.
Resume con brevedad y concisión el contenido del texto.
2.
Señala y explica las ideas fundamentales del texto.
3.
Responde a la cuestión siguiente:
“La evolución
política del Franquismo”
“Después de otro periodo largo sin leyes fundamentales, a mediados
de los años sesenta, el régimen tratará de responder al desarrollo material del
país con un simulacro de actualización de su entramado legislativo. Una nueva
ley buscará esa limpieza de imagen ante la realidad de una Europa próspera que
envía sus turistas a un país necesitado de modernizar sus estructuras
políticas. Publicada y sometida a referéndum en diciembre de 1966, la Ley
Orgánica del Estado pretendía ser una refundación legislativa del franquismo
mediante la unión de elementos dispersos de textos fundamentales anteriores y
la depuración de algunas de sus connotaciones totalitarias. Esta ley introdujo
algunas novedades funcionales, como la separación de los cargos de jefe del
Estado y presidente del gobierno, aunque este no se cubrirá hasta 1973.
Muy penoso les resultó a
los españoles el estado de indefensión e inseguridad jurídica al que los
sometió el régimen a pesar de algunas de las afirmaciones de sus siete leyes
fundamentales. Todos aquellos principios que suelen considerarse constitutivos
de un Estado democrático, como separación de poderes o vida judicial
normalizada, fueron ignorados por las leyes franquistas. En su lugar existió un
control confesado del ejecutivo sobre el legislativo y del jefe del Estado
sobre ambos y, a su vez, todo el entramado judicial se hizo depender de los
ministerios. Por otro lado, la existencia de tribunales de excepción, es decir,
de las jurisdicciones especiales, rompía el principio de igualdad ante la ley y
negaba el Estado de derecho. Una de las libertades más perseguida por un tribunal
de excepción, el de Orden Público (TOP), fue la de reunión, que, junto con la
de expresión, se consideraba peligrosa y atentatoria contra la seguridad del
Estado. Todas las reuniones públicas necesitaban autorización oficial, excepto
aquellas de menos de veinte personas.”
Texto extraído del libro de Historia de 2º de
bachillerato de Editorial Anaya. Ed. 2001
PEDRO LÓPEZ ARNEDO
(PROFESOR DE HISTORIA DE ESPAÑA).
Pedro, ¡tus apuntes me están viniendo genial para la Historia de España de primero de carrera! Cuida mucho a los de segundo, no les metas mucha caña! Muchos recuerdos con mucho cariño.
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