martes, 8 de octubre de 2013

LA PESTE NEGRA

La gran pandemia que afectó a Europa por más de un siglo, provocó, desde su 
llegada en 1348, un gran impacto entre la población. Desde el siglo VIII no se tenían 
noticias de esta enfermedad, que en tiempos de Justiniano había brotado en los 
Balcanes. Además, en su propagación por todo el continente influirán las importantes 
redes comerciales que se habían tejido entre Europa y Oriente. La Peste llega a Europa 
de la mano de los exóticos productos que traen desde Asia los mercaderes. Y según 
algunos autores, la virulencia y mortandad alcanzada, está muy relacionada con lo mal 
alimentada que estaba la población, que recientemente había enfrentado crisis 
económicas, períodos de malas cosechas y con ello, una grave hambruna. 
Actualmente, se sabe que la enfermedad es una zoonosis, es decir, una 
enfermedad transmitida por los animales, producida por el ‘Yersinia Pestis’, un bacilo 
descubierto en 1894, al ser aislado en Hong Kong. Este bacilo era transmitido por las 
pulgas y otros parásitos de las ratas grises y negras, que al convivir con la gente, le 
contagiaban fácilmente. Además, el Yersinia Pestis no sólo afectaba a las ratas 
domésticas. También a roedores salvajes, como marmotas y ardillas, y en sus húmedas 
madrigueras se generaba un microclima propicio para la supervivencia de las pulgas 
transmisoras. Además, sus pulgas son más resistentes que las de las ratas, sobreviviendo 
a la muerte de sus huéspedes. Así, puede contagiar al hombre o a otros roedores. 
La cacería, practicada por los pueblos nómades de las estepas, contribuyó a la 
propagación del bacilo, ya que las pieles de estos roedores salvajes eran aprovechadas 
como vestimenta. Con el establecimiento de la dominación mongola y su activa 
participación en el comercio oriental con Europa, habrían contribuido a la difusión de la 
Peste. Porque ésta viajó desde las estepas hasta el Mar Negro, alcanzando 
Constantinopla, Asia Menor y África, y viajando por el Mediterráneo, llegó a Europa. 
Se le llama peste negra, porque la más común de sus manifestaciones, la 
bubónica, tiene como síntoma característico la aparición de pústulas de sangre, es decir 
de hemorragias cutáneas o ‘bubas’ de color negro azulado.
Su período de incubación era de entre tres y cinco días. La enfermedad se 
declaraba súbitamente, con fiebre alta, escalofríos, náuseas, sed, agotamiento físico y 
temblores. El resto de los síntomas dependía del tipo de peste contraída. En su forma 
bubónica se acompañaba de dolores de cabeza, temblores, sudor y diarrea. Debe su 
nombre a los abultamientos dolorosos, de color oscuro, en los ganglios.







                                       PEDRO lÓPEZ ARNEDO (IES MARGARITA SALAS)



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