FILA A y FILA B (CUESTIONES)
1. Conquista y Romanización: la pervivencia del legado cultural romano en la cultura hispánica:
La conquista de la Península
Ibérica por Roma se inició con la Segunda Guerra Púnica
(219-201 a.C.)- siguió la campaña
de Catón en 195 a.C. para reprimir las sublevaciones indígenas, las guerras
contra los lusitanos (Viriato), la conquista de Numancia en 134 a.C. (centro y
oeste) y finalizó con las guerras cántabro-astures dirigidas por Augusto y que
finalizaron en el año 19 a. C. (norte).
La romanización: es el proceso de asimilación cultural de los modos
de vida romanos por parte de los pueblos indígenas. Los principales focos de
romanización fueron las ciudades; sus principales difusores los soldados y los
comerciantes y sus hechos más destacados :
La legua latina: se impuso inicialmente en las ciudades y, más
tarde, en las zonas rurales, donde se mezcló con las lenguas autóctonas.
Aparece así el denominado latín vulgar, del que derivan las lenguas romances
(castellano, francés, italiano…). En España nacieron filósofos y literatos como
Séneca, Lucano y Quintiliano, cuyo idioma era el latín.
El derecho romano: que defendía los derechos del individuo,
especialmente el de propiedad.
La religión de Roma: incluido el culto al emperador. A pesar de
ello, las creencias autóctonas no desaparecieron. Así mismo llegaron a España
religiones como el cristianismo y otras del Mediterráneo oriental, como el
culto a Mitra o a Isis.
La cultura romana tuvo un carácter eminentemente práctico y por ello fueron grandes ingenieros y grandes
constructores de obras públicas. En
la península podemos destacar los siguientes ejemplos:
Además de estas obras públicas, Roma dejó
importantes obras artísticas de utilidad pública como:
La dominación de Roma dejó en Hispania una tupida red
urbana (Tarraco,
Cesar Augusta, Emerita, Toletum…) ligada por un complejo
sistema de calzadas y
otras infraestructuras públicas. Las construcciones monumentales: templos como
el de Diana, en Mérida; foros y teatros como los de Mérida y Sagunto;
anfiteatros como los de Itálica y Tarragona; puentes como el de Alcántara sobre
el río Tajo o el de Mérida sobre el Guadiana; pantanos como el de Proserpina,
en Mérida, y acueductos como los de Segovia y Mérida. Las calzadas: red de
caminos empedrados, construidos por el ejército, que comunicaban las ciudades y
por los que transitaban mercancías, viajeros y tropas. Las rutas principales
eran la Vía August, con ciudades importantes como Tarragona, Cartagena, Sevilla
y Cádiz, y la Vía de la Plata, donde se encontraban Astorga, Cáparra y Mérida, entre otras ciudades.
2. La mezquita y el palacio en el arte hispanomusulmán:
Aunque
la arquitectura andalusí se asentó
sobre la tradición romano-visigoda y aportó los elementos más típicos del mundo
islámico: arcos, cubiertas y la rica ornamentación basada en motivos
geométricos, vegetales y epigráficos.
Hubo
un progresivo predominio de los elementos decorativos, florales y geométricos,
que se fueron imponiendo sobre las soluciones artitectónicas.
Fue
un arte palatino desde el punto de vista social. El deseo de dejar constancia
del poder político explica la ciudad-palacio. Ej: Madinat al-Zahra, de la Aljafería,
o la Alhambra.
La
mezquita es el resultado de una religión
sin imágenes, sin clase sacerdotal ni liturgia. Sólo necesita un gran espacio
cerrado para la predicación y oración.
Carece
de escenario y no tiene representación de la divinidad. En general había una
gran rapidez en su ejecución, con grandes dimensiones. Materiales pobres, mucha
decoración en yeso y mosaico. Más interés por interior que exterior.
La gran mezquita
de Córdoba es la obra emblemática de Al-Andalus. Su
construcción
comenzó a mediados del siglo VIII, en tiempos del emir Abd-alRahman I, y más
tarde sería objeto de sucesivas ampliaciones. Las partes más brillantes datan
del siglo X, sobre todo de tiempos del califa al-Hakam II, en cuya época se
construyó el espectacular mihrab, caracterizado por la riqueza de los
materiales empleados (en particular, los mármoles), por la original solución
constructiva de las originales bóvedas de nervios y, finalmente, por la
impresionante fantasía decorativa que lo acompaña.Muy
importante fue, asimismo, la impresionante
ciudad-palacio de Madinat al-Zahra, edificada en tiempos de Abd-al-Rahman III. Para su
construcción se trajeron
materiales de diversos lugares, como el norte de África, de donde
procedía
el mármol. Madinat al-Zahra albergaba, en su parte superior, una serie
de palacios; en la zona media, jardines y vergeles, y en la parte inferior, la mezquita
mayor y las viviendas de los servidores de palacio.
Desafortunadamente,
durante la guerra civil que precedió a la desaparición del califato,
Madinat al-Zahra fue destruida.También
hay buenos ejemplos del arte musulmán fuera de Córdoba, como la mezquita toledana de Bib al-Mardom, posteriormente convertida en la iglesia del
Cristo de la Luz.Otros
ejemplos esenciales de la arquitectura en Al-Ándalus son el Palacio de la Alfajería en Zaragoza, del período almorávide, la torre de la Giralda en Sevilla,
de tiempos almohades, y sobre todo, el palacio granadino de la Alhambra, obra cumbre de los nazaríes. Exponente de la
potencia económica y
el brillo cultural del reino nazarí es un recinto fortificado que sobresale por
su fantasía
ornamental así como la conjunción entre arquitectura y entorno natural.
Tiene una parte militar: alcazaba, murallas y torres. Una parte publica,mexuar,
Cuarto de Comares. Otra zona privada, harén, Cuarto de los Leones. Y los
jardines, uno cercado, el Partal, y
el Generalife, el mejor ejemplo de
jardín islámico.
3. Los primeros núcleos de resistencia cristianos en la Edad Media:
Tras
la rápida conquista musulmana de la mayor parte de la península, en las
montañas del norte se comenzaron a organizar
núcleos de resistencia cristianos. Hasta el siglo X, estos núcleos
simplemente resisten u ocupan zonas despobladas como el norte de la cuenca del
Duero. La hegemonía en ese período está en manos de Al-Andalus.
El núcleo asturiano: el reino
astur-leonés.
En
el 722, un noble visigodo, Pelayo, y
los indígenas astures derrotan en
Covadonga a un ejército expedicionario musulmán. A partir de
ese momento comienza a organizarse el reino de Asturias.
Alfonso
I (739-757) asume la herencia visigoda.
Establece el "Fuero Juzgo" y otros elementos políticos. La emigración
hacia el norte de población visigodo hispanorromana (mozárabes- población más
culta) refuerza esta continuidad.
Alfonso
II (791-842) establece la capital en
Oviedo. Durante su reinado se descubre la tumba del Santiago, origen de la gran
peregrinación.
Alfonso
III (866-910) lleva la frontera
hasta la línea del río Duero, ocupando la cuenca norte ("tierra de
nadie"). Se escriben varias crónicas que refuerzan la idea de la
continuidad del reino astur-leonés y el reino visigodo. A su muerte se traslada
la capital a León.
Castilla fue la peligrosa frontera SE: el reino de León, para
defender esta frontera: se alía con rebeldes muladíes del Ebro y fortifica
Castilla, hacia el 850
Rodrigo
primer conde Castilla, en IX y X repobladores cantabros y vascos que forman
comunidades de campesinos-guerreros y se rigen por costumbres antiguas (jueces
castilla), no por ley de León ni el Fuero Juzgo, más libertad lleva a
particularismo castellano. El conde Fernán
González (927-970) concentra poder, sus sucesores casi independientes.
El núcleo navarro:
La
zona pirenaica occidental se hallaba entre el estado franco y Al-Andalus.
Tras
diversos acontecimientos (Batalla de Roncesvalles contra los francos en el
778)
se impuso en el que se denominó reino de Pamplona la dinastía Íñiga.
El
núcleo navarro llegó a su apogeo con Sancho
III el Mayor. Rey de Navarra entre los años 1000-1035, extendió su poder a
Aragón y Castilla. Fue el monarca más poderoso de los reinos cristianos de la
Península Ibérica en el s.XI.
El núcleo aragonés:
Zonas
de débil poblamiento en el Pirineo central. Bajo la influencia primero de los
carolingios, después de los navarros. Escasos avances en la reconquista ante el
potente núcleo musulmán en torno al valle del Ebro. A principios S. X, cierta
autonomía, entra en zona influencia Navarra. Matrimonio hija del conde de
Aragón con rey de Navarra, vinculación de ambos tras 970.
El núcleo catalán:
En
la zona del norte de la actual Cataluña, el reino franco carolingio estableció
la Marca Hispánica. Organizado en condados, pronto el Condado de
Barcelona predominó sobre los demás. Vifredo
el Velloso reconquistó algunos territorios. Ya en el siglo X, los
sucesores de Vifredo el Velloso dejaron
de prestar el homenaje feudal debido al monarca francés. El condado de
Barcelona pasó a ser un ente político independiente.
Durante la Edad Media, a la
vez que la guerra y el enfrentamiento, tuvo lugar la coexistencia y la fusión
entre las tres culturas y religiones presentes en la península: la cristiana,
la musulmana y la judía.
Hasta el siglo X, la España islámica fue culturalmente muy
superior a los reinos cristianos. Sólo los monasterios, como el de Ripoll o
Sahagún, preservaron y trasmitieron la cultura mediante la copia y conservación
de libros.
En el siglo IX tuvo lugar un hecho clave: el descubrimiento de los
restos del apóstol Santiago. Nació así la Ruta Jacobea de peregrinación. El Camino
de Santiago se
convirtió en una ruta clave en la difusión cultural. Llegaron modelos
literarios, como los cantares de gesta, y estilos artísticos, como el románico
y el gótico. La influencia cultural también tuvo lugar en sentido contrario y
las aportaciones culturales de los reinos cristianos hispanos y la influencia
de la cultura hispanomusulmana llegaron al resto de Europa.
A partir del siglo XI se inicia un fuerte desarrollo cultural
paralelo a la formación de las lenguas romances: castellano (Cantar del Mio Cid, 1207), gallego,
portugués, catalán-valenciano. En el s. XIII aparecieron las Universidades (Salamanca, 1218).
El puente cultural entre mundo islámico y cristiandad fue la
prestigiosa Escuela de Traductores de Toledo que alcanzó su apogeo
con Alfonso X el Sabio (s. XIII).
Allí colaboraron cristianos, musulmanes y judíos que traducían del árabe al
latín y, luego, directamente al castellano. La Escuela fue muy importante en la
difusión en la península y europea de las obras científicas, filosóficas y
literarias de griegos, romanos y orientales.
5. La organización económica y social de Al-Andalus:
La Economía
La
España musulmana supuso importantes cambios en el terreno económico.
En
la agricultura
los musulmanes impulsaron la práctica del
regadío, con novedades tan significativas como la noria, al tiempo que
difundieron cultivos como los cítricos, el arroz, el algodón o el azafrán. No
obstante, los cultivos principales de las tierras hispanas siguieron siendo los
mismos que en la época
romano-visigoda:
los cereales, la vid y el olivo.
En
la ganadería, el descenso de la
cabaña porcina por la prohibición coránica, se compensó con el desarrollo del
ganado ovino o equino. La apicultura vivió un desarrollo espectacular.
En
la minería sobresalió la extracción
de plomo, cobre, cinabrio y oro, que se obtenía del lavado de diversos cursos
fluviales.
La
producción de manufacturas se desarrolló fuertemente, en especial la producción
textil, en la que destacaron los brocados cordobeses o los tejidos de Zaragoza. La cerámica, las
armas, la fabricación de papel y de vidrio, y el trabajo de las pieles y los
metales preciosos tuvieron presencia en las ciudades de Al-Andalus.
En
cuanto al comercio, actividad muy
elogiada en los propios textos coránicos, se vio favorecido por la acuñación de
dos tipos de monedas, el dinar de oro y el dirhem de plata, y por la
densa red viaria heredada de tiempos romanos. El comercio interior se
efectuaba en el zoco de las ciudades, donde ocupaban un puesto
privilegiado los bazares, centros en los que se vendían productos de gran
calidad. En los zocos también había
alhóndigas, centros que servían para almacenar mercancías, así como para
alojar a los comerciantes que venían de fuera.
Al-Ándalus
mantuvo también un intenso comercio exterior,
tanto con los restantes países islámicos como con la Europa cristiana.
Exportaba, ante todo, productos agrícolas (aceite, azúcar, higos, uvas),
minerales y tejidos, e importaba especias y productos de lujo del Próximo
Oriente; pieles, metales, armas y
esclavos de la Europa cristiana; y oro y esclavos negros procedentes del
territorio africano de Sudán.
La Sociedad:
Aunque
la mayor parte de la población de Al-Andalus vivía en el medio rural, las
ciudades tuvieron una gran importancia, algo que contrastaba fuertemente con el
panorama de la España cristiana durante los siglos VIII al XI.
Las
ciudades andalusíes se desarrollaron en su gran mayoría a partir de las
existentes en los tiempos romano-visigodos. Pero los musulmanes también crearon
ciudades nuevas, como Almería, Madrid o Calatayud. Córdoba, que en la época
califal, llegó a contar con más de 100.000 habitantes, cantidad muy
considerable en aquella época.
En
la cúspide de la sociedad andalusí
estaba la aristocracia (jassa), en su mayor parte integrados por familias de
origen árabe, aunque también figuraban en ella algunos linajes de ascendencia
visigoda. Este grupo social poseía grandes dominios territoriales y la ocupaba
los altos puestos en la administración. En el otro extremo de la sociedad se
hallaban las clases populares (amma),
formadas por artesanos modestos y labriegos, en su mayor parte bereberes del
Norte de África y muladíes.
También
existió lo que podríamos denominar una clase media, formada esencialmente por
los mercaderes.
En
Al-Andalus había esclavos
procedentes de Europa oriental y del centro de
África.
Hay que destacar, por último, la evidente situación de inferioridad que
padecían las mujeres en con respecto a los hombres.
Los hispanovisigodos
se dividían en muladíes (los más numerosos) que eran cristianos convertidos al
Islam (y así no pagaban el dimni o tributo) y
mozárabes, cristianos muy
arabizados(empeoran sus condiciones cuando llegan los imperios norteafricanos a
Al-Andalus). También había judíos, generalmente en las ciudades
con oficios especializados (médicos, prestamistas, etc.). Había esclavos.
Inferioridad de la mujer.
COMENTARIO DE UNA FUENTE HISTÓRICA:
Explica el contenido:
Se trata de un mapa histórico de la Península Ibérica en dónde se refleja la conquista musulmana del reino visigodo de Toledo, en él observamos flechas rojas que marcan las expediciones de conquista desde Gibraltar y Algeciras hasta los pasos pirenaicos de Roncesvalles por el Oeste y Perthus por el Este, desde el primero se dirigen hasta Poitiers, donde serán derrotados por los merovingios (Carlos Martel), se marca en color amarillo la resistencia cristiana de la Cordillera Cantábrica de Don Pelayo (un noble de origen visigodo que se refugia en la zona y que con los astures y cántabros y otros refugiados visigodos derrotará a los musulmanes en Covadonga-inicio de la Reconquista-, en esta zona se marcan también con líneas las zonas de menor presencia musulmana, se menciona el año de conquista de las principales ciudades visigodas (por ejemplo: Zaragoza (714) o Toledo (712)/, con un punto a modo de estrella se especifican los núcleos de resistencia visigoda (Écija, Mérida y Segoyuela) en dónde la conquista militar queda de manifiesto, recordemos que los musulmanes y los nobles visigodos pactan la conquista en muchas otras ciudades. finalmente podemos observar la principal batalla de la conquista musulmana contra el rey Rodrigo y las huestes visigodas: Batalla de Guadalete (Julio de 711).
Contexto Histórico:
Los
árabes musulmanes, alentados por la idea de la "guerra santa", iniciaron en
el siglo VII una rápida expansión
por el Oriente Medio y el norte de África,llegando
hasta las costas del océano Atlántico.
Aprovechando
la crisis interna del reino visigodo,
envuelto en una de sus constantes
luchas internas por el poder monárquico, tropas musulmanas,compuestas
por árabes y beréberes, cruzaron el estrecho de Gibraltar en el
año
711 iniciando la conquista de la
Península Ibérica. Dirigidos
por el beréber Tariq, lugarteniente
del gobernador del Norte de África,Musa, los musulmanes derrotaron en la batalla
de Guadalete (711) al último rey visigodo, Rodrigo –Roderico-, que perdió la vida en el combate.Los
invasores decidieron proseguir el avance por las tierras hispanas, primero en
dirección a Toledo, posteriormente hacia Zaragoza. En apenas tres años(714)
los musulmanes lograron conquistar la mayor parte de las tierras hispánicas
sin encontrar apenas resistencia (capitulaciones). Solo las regiones montañosas
de las zonas cantábrica y pirenaica escaparon a su control. Diversos nobles visigodos decidieron pactar con los invasores, como fue el caso
de Teodomiro, en la actual Murcia. Las
escasas fuentes disponibles nos
hacen pensar que la conquista se realizó principalmente mediante capitulaciones
y rendiciones acordadas entre los
señores godos y los conquistadores
musulmanes. La violencia fue más la excepción que la regla.Esto
nos explica la rapidez de la conquista.Junto
a los árabes, que ocupaban los puestos dirigentes, grupos de bereberes del
norte de África engrosaron las filas de los invasores musulmanes. Los árabes tenían
fuertes estructuras tribales que
mantuvieron largo tiempo fuertes
enemistades
que pronto se manifestaron al repartirse las tierras ocupadas. A
todos estos problemas entre los árabes, hay que añadir los provocados por los beréberes islamizados del norte de África,
reacios a someterse a un autoridad
central. Resultado de todo ello fue un oscuro
período de luchas y enfrentamientos
entre los distintos clanes árabes, y entre árabes y beréberes, que
durará toda la primera mitad del siglo VIII.
COMENTARIO DE FUENTE HISTÓRICA (FILA B):
Explica el contenido:
La fuente histórica que se nos presenta es un mapa histórico de la Península Ibérica en dónde podemos percibir los territorios ocupados por los pueblos prerromanos, observamos en el Centro y Oeste: los Celtas(en color rojo), en el Norte entre la Cordillera Cantábrica y los Pirineos (Vascos) y los Íberos en la costa mediterránea y el interior más cercano-coloreado en amarillo- y luego las colonizaciones históricas de Fenicios al Sur, Cartagineses en el Centro e Islas Baleares y los Griegos en el Norte, siempre en la zona de la costa mediterránea pues es por este mar por dónde llegan estas civilizaciones,(remarcando con líneas sus principales bases o factorías).
Contexto Histórico:
Los pueblos que habitaban la Península antes de la llegada de
los romanos se conocen con el nombre de prerromanos. Agrandes rasgos se
distinguen tres grupos, los pueblos del área mediterránea o íberos, los que
ocupan el centro peninsular o celtíberos y los instalados en el norte y
noroeste o celtas.
Los Íberos(Indigetes,
Turdetanos…): son los pueblos más influidos por las colonizaciones externas, se
localizan en el Este y en el Sur desde el Pirineo catalán hasta el Algarve
portugués. Son pueblos urbanos y mercantiles (a veces organizados en
confederaciones de ciudades-estado) y dedicados a la agricultura, la ganadería y
el comercio. Producen un arte muy refinado (Dama de Elche)
Los celtíberos (Carpetanos,
Lusitanos…): Se sitúan en el Centro y Oeste peninsular. La influencia de los
colonizadores es muy débil. En el aspecto artístico, destaca la cultura de los
verracos entre los vetones del valle del Tajo. Los verracos son grandes
esculturas de animales ligadas a cultos ganaderos. El más célebre ejemplo son
los Toros de
Guisando.
Los Celtas:Galaicos,
astures, cátabros, várdulos, vascones.... se asentaron desde Galicia al Pirineo
aragonés.Pueblos muy atrasados, tenían una economía basada en la ganadería, la
recolección y la pesca. El peso de la agricultura era escaso.Como restos
arqueológicos, destacan los castros, poblados de viviendas circulares
construidos por los galaicos. Un buen ejemplo es el Castro de
Coaña.
Las Colonizaciones
Históricas: A partir del siglo IX
a.C. tienen lugar diversas colonizaciones. Aparecen en las costas mediterráneas
los fenicios, griegos y cartagineses, buscando metales en los que la Península
Ibérica era rica (oro, plata, cobre, hierro y estaño), pero también se
interesaron por la sal y productos de pesca, fundando colonias cercanas al mar
(puertos). Dentro de su legado destacan: la introducción de nuevos cultivos
como el olivo y el esparto, el torno del alfarero, la acuñación de monedas o el
alfabeto (fenicio y griego). La
colonización fenicia: fue exclusivamente comercial, procedía de Fenicia
(actual Líbano) y establecieron factorías comerciales destacando: Gades
(Cádiz), Sexi (Almuñecar) y Malaka (Málaga). Después llegaron los griegos que fundaron Rhodas y Emporion
(Rosas y Ampurias) en la costa de la actual Girona y Denia. Se piensa que los
griegos introducen el cultivo de la vid y el olivo. Colonización cartaginesa proveniente del Norte de África (actual
Túnez), fundaron Carthago Nova (Cartagena), conquistarán todo el Sur peninsular
y se enfrentarán a los romanos, tomando como base sus colonias peninsulares
(Guerras Púnicas).
Todos estos pueblos y colonizaciones configuran la Historia Antigua de la Península Ibérica hasta la llegada de los romanos, que quizá dejen una impronta mayor o al menos queda más presente en el trabajo del historiador.
PEDRO LÓPEZ ARNEDO (Profesor de Historia de España).
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