10.2. Cambio dinástico. Los primeros
Borbones.
10.3. Reformas en la organización del Estado.
La monarquía centralista.
10.4. La práctica del despotismo ilustrado:
Carlos III.
10.5. Evolución de la política exterior en
Europa.
10.6. La política borbónica en América.
10.7. La Ilustración en España.
10.1.
La guerra de Sucesión y el sistema de Utrecht.
Guerra de Sucesión (1701-1713)
Carlos II, que había muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou , nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV, quien fue coronado con el título de Felipe V. Acababa así la dinastía de los Habsburgo y llegaba al trono español la dinastía de los Borbones.
Muy pronto, sin embargo, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba al pretendiente el Archiduque Carlos de Habsburgo. La guerra civil y europea estalló.
Carlos II, que había muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou , nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV, quien fue coronado con el título de Felipe V. Acababa así la dinastía de los Habsburgo y llegaba al trono español la dinastía de los Borbones.
Muy pronto, sin embargo, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba al pretendiente el Archiduque Carlos de Habsburgo. La guerra civil y europea estalló.
El conflicto tenía una doble perspectiva:
El ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía francesa y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Este peligro llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco, que, por supuesto, era sustentado por los Habsburgo de Viena. Las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español.
El ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía francesa y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Este peligro llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco, que, por supuesto, era sustentado por los Habsburgo de Viena. Las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español.
Por otro lado, Felipe V representaba
el modelo centralista francés, apoyado en laCorona de Castilla, mientras
que Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista,
apoyado en la Corona de Aragón y, especialmente, en Cataluña.
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V. Junto a las victorias militares de Almansa, Briguega y Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto: Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar en España. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver con prevención la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca.
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V. Junto a las victorias militares de Almansa, Briguega y Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto: Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar en España. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver con prevención la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca.
El Tratado de Utrecht
La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht en 1713. El tratado estipuló lo siguiente:
La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht en 1713. El tratado estipuló lo siguiente:
·
Felipe V era reconocido por las potencias europeas como Rey de
España pero renunciaba a cualquier posible derecho a la corona francesa.
·
Los Países Bajos españoles y los territorios italianos (Nápoles y Cerdeña)pasaron
a Austria. El reino de Saboya se anexionó la isla de Sicilia.
·
Inglaterra obtuvo Gibraltar,
Menorca y el navío de permiso (derecho limitado a comerciar con las
Indias españolas) y el asiento
de negros (permiso para
comerciar con esclavos en las Indias).
El Tratado de Utrecht marcó el inicio de la hegemonía
británica.
10.2. Cambio
dinástico. Los primeros Borbones.
La llegada de la nueva dinastía
borbónica propició importantes cambios. Estos cambios fueron introducidos
esencialmente durante el reinado de Felipe V (1700-1746) y desarrolladas
con Fernando VI (1746-1759) y Carlos III (1759-1788), cada uno de los
cuales contribuyó a una monarquía fuerte, centralista y unificada, según el
modelo francés.
Felipe V, duque de Anjou. Su
abuelo fue el rey francés Luis XIV. Heredó el trono español al morir Carlos II
sin descendencia. Bajo su reinado se inició la renovación de la cultura en
España. En 1712 aún no acabada la guerra de Sucesión, se fundó la Biblioteca
Nacional; un año después, se creaba la Academia de la Lengua y, más
tarde, las de Medicina, Historia... todas ellas a imitación de las
Academias francesas. En política
interior se ocupó de la creación de
secretarías y de intendencias así como de llevar a cabo una
centralización y unificación administrativa con los Decretos
de Nueva Planta, aboliendo los
fueros aragoneses y valencianos. Tras la
muerte de su primera esposa, María
Luisa de Saboya, Felipe contrajo de nuevo matrimonio en 1714 con Isabel
de Farnesio, que le dio siete hijos: entre ellos el que sería Carlos III, y
Felipe, duque de Parma. El nuevo matrimonio supuso un cambio del influjo
francés por el italiano, realizando a partir de entonces una política que
solicitaba una revisión de lo pactado en Utrecht y la recuperación de los
territorios italianos. El Cardenal
Alberoni dirigió en un primer momento esta política reivindicatoria, pero
la Cuádruple Alianza integrada por Gran Bretaña, Francia, Países Bajos y el
Imperio, puso fin a estos intentos. Se fracasó asimismo en los intentos por
recuperar Menorca y Gibraltar. En enero de
1724, Felipe V abdicó de forma inesperada en su hijo Luis,
primogénito de su primer matrimonio con María Luisa de Saboya, pero tras la
temprana muerte de Luis I, en agosto
del mismo año, Felipe volvió a reinar España. Este segundo reinado de Felipe V supuso un cambio en la política
anterior a su abdicación, con miras más españolas que italianizantes y
rodeándose de 3ministros españoles. Entre ellos, José Patiño; José del Campillo y el marqués de la Ensenada. La
alianza familiar con Francia a través de los Pactos de Familia (1733 y
1743) hizo que el ejército español
ayudara al francés en las guerras de Sucesión polaca y austriaca, y posibilitó
que el hijo mayor de Isabel de Farnesio, Carlos, se convirtiera en rey de
Nápoles y Sicilia, llegando a ser también más tarde rey de España como Carlos
III; y el otro, Felipe, en duque de Parma, Plasencia y Guastalla. El 9 de
julio de 1746, Felipe V murió en Madrid, sucediéndole en el trono su
hijo Fernando VI, tercer hijo de
Felipe V y de su primera esposa María Luisa Gabriela de Saboya. Se casó con Bárbara de Braganza, hija de Juan V de Portugal y de la archiduquesa Mariana
de Austria. Su política fue la de sus ministros, muy eficaces y con programas
reformistas de gobierno como el marqués
de la Ensenada, -partidario de la alianza francesa-; José de Carvajal,-partidario
de la unión con Inglaterra-. Su reinado se caracterizó por el mantenimiento de
la paz y la neutralidad frente a Francia e Inglaterra, mientras ambas
intentaban la alianza con España. Esta situación fue aprovechada por el marqués
de la Ensenada para proseguir los esfuerzos de reconstrucción interna
iniciados en el reinado de Felipe V. En el interior del país se fomentó la construcción naval para la Armada, la construcción de
caminos, canales y puertos. Siguió en la línea de fomento de la cultura, ej. fundación de la Academia de
San Fernando de Bellas Artes en 1752. Por otra parte, el regalismo alcanzó
pleno éxito en el Concordato de 1753 con los Estados Pontificios,
beneficioso para el control de la Iglesia puesto que atribuía al rey el
patronato universal. Falleció sin descendientes en 1759.
10.3.
Reformas en la organización del Estado. La monarquía centralista.
La llegada de la nueva dinastía borbónica
propició importantes cambios en la estructura del Estado. Estos cambios
fueron introducidos esencialmente durante el reinado de Felipe V (1700-1746) y desarrolladas con
Fernando VI (1746-1759) y Carlos III (1759- 1788), cada uno de los cuales
contribuyó a una monarquía fuerte, centralista y unificada, según el
modelo francés. Medidas centralizadoras, con el objetivo de hacer un estado más
eficaz. En este sentido se adoptaron novedades importantes:
1.
Decretos de Nueva Planta (1707 Aragón y Valencia, 1715 Mallorca, 1716
Cataluña): Abolición de los fueros e instituciones propias de los reinos de la
Corona de Aragón. Los fueros de las provincias vascas y Navarra se
mantuvieron ya que apoyaron a Felipe
V durante la Guerra de Sucesión. No sólo se suprimieron los fueros y las instituciones (entre ellas las Cortes), en
cada uno de ellos se puso un capitán general (sustituye al virrey), y una
audiencia, y se impuso un nuevo sistema tributario. En Cataluña se trasladó la
universidad e Barcelona a Cervera, se estableció que las causas de la Audiencia
se hicieran en castellano.
2. Nuevo modelo de administración territorial,
basado en la siguiente estructura: división del territorio en provincias (intendencias); sustitución de los Virreyes por los Capitanes Generales como gobernadores
políticos de las provincias; las Reales Audiencias
se mantienen para las cuestiones judiciales; y siguiendo el modelo francés, se
creó la figura de los Intendentes, hombres de confianza, que
actuaban como delegados de gobierno territoriales con amplias funciones:
justicia, policía, recaudar impuestos, reclutamiento, intendencia, etc.
Sirvieron para impulsar proyectos de reforma. Finalmente, en los Ayuntamientos se mantuvieron los
cargos de Corregidor, Alcalde Mayor y Síndicos personeros del común (elegidos
por el pueblo para su defensa).
3. Los Borbones también reformaron la administración central
consolidando el establecimiento de una
plena monarquía absoluta. Se suprimieron todos los Consejos, exceptuando
el Consejo de Castilla que se
convirtió en el gran órgano asesor del rey. Se crearon las Secretarías de Despacho
(Estado, Guerra, Marina, Hacienda, Justicia e Indias), antecedentes de los
ministerios. En 1787 se establece la Junta
Suprema de Estado, antecedente del Consejo de Ministros.
- Los consejos fueron decayendo. Algunos se
suprimieron: Aragón, Italia, Flandes; al de Estado se le ignoraba en la
práctica, y el de Indias vio muy reducidas sus competencias.
- Sólo el Consejo de Castilla mantuvo su
rango, convertido por los Borbones en una especie de Ministerio de la
Gobernación – preparaba y redactaba las leyes – sin dejar de ser Tribunal
supremo de Justicia. Su presidente era el cargo más importante tras el rey.
4. La nueva dinastía intensificó la política regalista, buscando la
supremacía de la Corona, poder civil,
sobre la Iglesia. Además del Concordato de 1753 que conseguía el patronato
regio, o derecho de la Corona a nombrar los cargos eclesiásticos, sobre
todo las altas dignidades, como obispos,
las dos medidas principales fueron el establecimiento de un mayor
control sobre la Inquisición y, sobre todo, la expulsión de la
Compañía de Jesús adoptada por Carlos III en 1778 como consecuencia del
Motín de Esquilache. (tb. de Portugal, 59; Francia, 64; Nápoles, 67 y Parma,
68)
5.
Durante el reinado de los Austrias la hacienda había tenido tres grandes problemas:
mantenimiento de un imperio en guerra, la Corona de Castilla había soportado
casi toda la carga fiscal, la mala organización de los ingresos y de su sistema
de recaudación.
Los Borbones sanearon algo la hacienda
gracias a:
a) Pérdida de las posesiones europeas que
supuso un gran ahorro.
b) La aplicación de algunas reformas de
impuestos que permitieron mayores ingresos.
Hubo intentos no demasiado eficaces de
reformar el sistema de Hacienda. Con
Felipe V, como consecuencia de los Decretos
de Nueva Planta se obligó a contribuir a la Corona de Aragón. Se estableció una
cantidad a cada reino equivalente a la que pagaba Castilla. El impuesto tiene diferentes nombres: Catastro
en Cataluña, Equivalente en Valencia, Única Contribución en
Aragón y Talla en Baleares.
Se trató de unificar y racionalizar el sistema
de impuestos y, para ello, se llevó a cabo el Catastro de Ensenada en 1749 en la Corona de Castilla. Este
Catastro es un censo de todas las propiedades del reino, muy útil para los
historiadores. Se buscó también la unificación monetaria, estableciéndose el
“Real de a dos”.
10.4.
La práctica del despotismo ilustrado: Carlos III.
Carlos III (1759-1788), hijo de Felipe V y
hermanastro de Fernando VI, antes de ser rey de España desempeñó el cargo de Rey de Nápoles de 1735 y 1759.
Su
reinado se caracterizó por la aplicación de las reformas del despotismo ilustrado dentro de la monarquía
absoluta.
El despotismo ilustrado fue la teoría política
dominante en Europa durante el siglo XVIII, se basaba en dos principios:
a) El poder absoluto de la monarquía.
b) El ideal de rey filósofo, consecuencia del
carácter aristocrático del pensamiento ilustrado. Sólo un rey filósofo,
asistido por las minorías ilustradas, sabía lo que convenía a los súbditos y
podía impulsar desde el poder las reformas racionales de la sociedad para el
progreso y la felicidad del pueblo. Es el gobernante benefactor.
El pueblo era el objeto, no sujeto. Todo para el
pueblo pero sin el pueblo. El siglo XVIII fue un período de recuperación
económica.
Esta fue desigual, mayor en la periferia que
en el centro peninsular. En ese contexto de crecimiento económico, con el Conde
de Aranda (1769) y Floridablanca
(1787) se llevaron a cabo los primeros censos con la finalidad de conocer las
potencialidades económicas y fiscales. Carlos
empezó por la reforma de Madrid, una de las capitales más sucias y pobres
de Europa: se empedraron sus calles, se pusieron farolas de aceite, se
construyeron paseos, se reguló la evacuación de residuos, etc.
Entre los ilustrados se extendió la
conciencia de la necesidad de emprender reformas
en la agricultura, ocupación que ocupaba a la mayoría de la población y que
estaba muy atrasada. Para ello se crearon asociaciones como las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País y los ministros de Carlos III prepararon diversos planes de
reforma como el Memorial Ajustado de
Campomanes y el Informe sobre la Ley Agraria de Jovellanos. Todos
estos proyectos y documentos del período denunciaban las enormes propiedades
amortizadas (mayorazgos de la nobleza o manos muertas de la Iglesia) y
afirmaban que el acceso del campesinado a la propiedad de la tierra era una condición necesaria para
el progreso del país. Por primera
vez, se empezaba a hablar de la desamortización. Sin embargo, la negativa
rotunda del Clero y la Nobleza, incluso
hubo procesos de la Inquisición a ministros ilustrados con el Conde de Aranda,
llevó a la paralización de las reformas.
Las únicas medidas que se llevaron a cabo
fueron el reparto de tierras comunales en Extremadura, la repoblación
(fallida) de Sierra Morena bajo el gobierno de Olavide, la reducción de los derechos de la Mesta y algunas obras
de regadío (Canal Imperial de Aragón, Canal de Castilla…).
Los ministros ilustrados aprobaron medidas para fomentar el desarrollo de la
Industria. Se rompió el monopolio de los
gremios en 1772; se establecieron, con escaso éxito económico,
las Reales Fábricas, con apoyo
del estado (armas, astilleros, vidrio, tapices…) Las industrias textiles
privadas catalanas (“indianas”) fueron más competitivas que las empresas
estatales. También declararon la honorabilidad de todos los oficios
(1783).Con respecto al comercio se adoptaron medidas conducentes a
integrar el comercio nacional, como la mejora de las vías comunicación o la
supresión de las aduanas interiores. Un decreto de 1778 estableció la
liberalización del comercio con América, acabándose con el secular monopolio de
la Casa de Contratación. Sin embargo, se mantuvo la política comercial
proteccionista con respecto a las demás potencias. En el terreno financiero, se estableció el Banco de San
Carlos, antecedente del futuro Banco de España. En este período, aparece
la peseta, aunque no será la moneda oficial del país hasta 1868. Se hicieron reformas en la Administración de Justicia y
Ejército, más profesional y al servicio del Estado.
Teniendo
en cuenta la dinámica política se pueden distinguir dos períodos en los
gobiernos de Carlos III:
1º) 1759-1766
Gobiernos de Esquilache y Grimaldi. Los intentos de introducción de
reformas encontraron una viva reacción que culminó en el Motín de Esquilache en 1766. Esta revuelta que estalló contra el
decreto que obligaba a cambiar capas y sombreros tiene razones complejas.
Podemos hablar de un motín popular “nacionalista”, contra el ministro italiano,
manejado por el clero (jesuitas) y la nobleza para frenar las reformas. Los Jesuitas, acusados
de fomentar el motín, fueron expulsados en 1767, fue una medida regalista para
limitar el poder de la Iglesia.
2º) 1766-1788 Gobiernos del Conde de Aranda, Floridablanca y Campomanes. Este período
está dominado por los grandes ministros ilustrados que ensayaron diversas
reformas económicas que finalmente no se llevaron a cabo por la oposición del
clero y la nobleza.
10.5.
Evolución de la política exterior en Europa.
Las grandes líneas de la política exterior
española arrancan de la difícil situación creada tras el Tratado de Utrecht. La
política exterior se planteó los siguientes objetivos: recuperar Gibraltar y
Menorca, territorios españoles en manos británicas, y conseguir establecer para
príncipes de la familia Borbón en los territorios italianos perdidos. Para
ello, la política exterior española se basó en la alianza con Francia, concretada en varios
Pactos de Familia, y el enfrentamiento con Inglaterra en el Atlántico ante la
amenaza británica a las posesiones españolas en las
Indias.
La política exterior de Felipe V
(1700-1756) se dirigió a la recuperación de los territorios italianos. Ante el
fracaso de los primeros intentos en solitario se optó por la alianza con
Francia. Esta alianza se concretó en el
Primer Pacto de Familia (1734) y el
Segundo Pacto en 1743. Fruto de
estos pactos fue la participación apoyando los intereses franceses en la Guerra
de Polonia (1733-1738) y en la Guerra de Sucesión de Austria (1743-1748). Como
resultado de esta intervención Felipe V consiguió que el infante Carlos, el
futuro Carlos III de España fuera coronado Rey de Nápoles y Sicilia y que el infante Felipe fuera nombrado Duque de
Parma.
Con Fernando VI (1746-1759), el gobierno
español adoptó una política exterior de neutralidad, equidistante entre Londres
y París. En ese periodo se renovó la armada.
Carlos III (1759-1788) volvió a la alianza
con Francia y firmó el Tercer Pacto de
Familia (1761) y a la participación de
España en la guerra de los Siete Años (1761). La victoria británica, junto a su
aliada Portugal, llevó a firma del Tratado de París (1763) por el que cedimos
Florida a Inglaterra y Sacramento a Portugal. Para compensar esas pérdidas
Francia nos cedió Luisiana. De nuevo en América, España junto a Francia apoyó a
los rebeldes norteamericanos contra Inglaterra. La derrota británica llevó a la
firma del Tratado de Versalles (1783) lo
que permitió la recuperación de Menorca,
Florida y Sacramento.
La política exterior de Carlos IV (1788-1808) estuvo completamente
marcada por la Revolución Francesa y nos llevó a la trágica guerra de la
Independencia contra Napoleón en los inicios del siguiente siglo.
10.6.
La política borbónica en América.
En un principio, la nueva dinastía Borbón no implicó ningún
cambio importante en las colonias. La administración continuó sin cambios;
el monopolio comercial (pese al creciente contrabando británico); los envíos de
plata a cambio de los productos peninsulares y el papel preponderante del
puerto de Cádiz (que había
sustituido a Sevilla).
A partir de
mediados de siglo se inicia un cambio en la política de los Borbones
hacia América. El gobierno de Madrid decidió incrementar la
explotación colonial para que las colonias fueran más rentables. Para ello
se adoptaron diversas medidas. Se promovieron, con escaso éxito,
las Compañías
de Comercio, siguiendo el modelo inglés y holandés. Se decretó la
introducción de navíos de registro:
barcos que podían comerciar al margen de la Flota de Indias. Esta novedad
permitió que se incrementara el comercio gaditano con América. Durante el
reinado de Carlos III se introdujeron
importantes reformas. La Corona trató de incrementar el control administrativo
de la metrópoli sobre las Indias: se
excluyó de la administración a los criollos, se creó un nuevo virreinato, el del Río de la
Plata en 1776, y ese mismo año se estableció el cargo de Intendente
para reforzar el control de los territorios americanos. La expulsión
de los jesuitas en 1767 tuvo en América una importante consecuencia: la
Corona se anexionó importantes tierras, sobre todo en Paraguay, que hasta ese
momento habían estado en manos de la Compañía de Jesús. En el terreno económico
hubo un incremento impositivo y en 1778
se permitió el libre comercio entre la península y las Indias, rompiendo el
monopolio sevillano-gaditano.
Esta nueva política borbónica, enfocada
sobre todo al beneficio de la metrópoli, engendró movimientos de protesta de los criollos, apartados de
los cargos administrativos, y de la explotada mano de obra indígena. En
1780-1781 se inició una revuelta en Perú iniciada por los criollos pero que
pronto se convirtió en una rebelión indígena (Tupac Amaru). La revuelta fue duramente reprimida.
Las
reformas administrativas en América:
- La nueva dinastía impuso un cambio
sustancial, tanto en lo político como en lo económico.
- El Consejo de Indias fue perdiendo
competencias a favor de las Secretarías
y sólo conservó funciones judiciales y de
asesoramiento.
- Lo mismo ocurrió con la Casa de Contratación, que se disolvió
en 1790, desaparecido el monopolio de un solo puerto.
- A los dos virreinatos existentes – Nueva España y Perú – se añadieron otros dos, segregados
del de Perú:
a) Nueva Granada, al norte, capital
en Santa Fé de Bogotá y jurisdicción sobre los actuales Venezuela, Colombia,
Panamá y Ecuador.
b) Río de la Plata, al Sur, capital
Buenos Aires y jurisdicción sobre los actuales Bolivia, Paraguay, Argentina,
Uruguay y Chile.
En las Audiencias no hubo cambios importantes.
- Las auténticas novedades borbónicas
fueron dos:
1. Creación en la 2ª mitad siglo de
un ejército regular americano con destacamentos en lugares estratégicos.
2. Establecimiento en 1764 de intendencias,
como las peninsulares, que sustituyeron a la antigua división en gobernaciones
y corregimientos.
- Se controló más eficazmente las colonias.
Se consiguió un mayor rendimiento económico y fiscal.
La política comercial con América :
- No sólo se pretendió que las colonias
fueran una buena fuente de metales preciosos, sino que se consideró una fuente
de ingresos a través de una explotación económica de tipo colonial, como
exportadora de materias primas (tabaco, cacao, azúcar) e importadora de productos peninsulares.
- En un primer momento se imitaron las
prácticas inglesas y holandesas de crear compañías comerciales
privilegiadas y monopolísticas, como la Compañía Guipuzcoana de Caracas,
fundada en 1728, era privada, la Corona la cede el monopolio de Venezuela.
Traía cacao y tabaco, enviaba manufacturas, sobre todo siderúrgicos vascos.
- Más adelante, por la imposibilidad de
satisfacer el mercado americano con
el monopolio de un solo puerto – Cádiz – se
fue liberalizando el comercio:
1. En 1735 se suprime el sistema de flotas y galeones, sustituido
por el sistema de registros, más
ágil, los particulares podían cargar sus mercancías en barcos autorizados, que
partían para América cuando querían, una vez registrada en Cádiz la mercancía.
2. Decretos de 1765 y 1778 autorizaron
el libre comercio directo de puertos peninsulares con los americanos, se acabó
el monopolio. Gran estímulo para la industria, más la Catalana.
- El comercio con América aumentó mucho en
el siglo, pero América era un mercado excesivo para la escasa capacidad de
producción peninsular. La mayoría de los productos eran extranjeros, y en la
exportación española predominaban los productos agrícolas. Se calcula que el
contrabando era superior al comercio legal.
10.7.
La Ilustración en España.
La
Ilustración en España se inscribe en el marco general de la Ilustración europea
(espíritu crítico, fe en la razón, confianza en la ciencia, afán didáctico).
Las influencias son esencialmente francesas
e italianas.
- La
Ilustración es el fenómeno cultural e intelectual que define las formas de
pensamiento del Siglo XVIII o de las luces.
- El pensamiento ilustrado partía de los
logros de la revolución científica del XVII, que concluía que la naturaleza
se regía por leyes comprensibles para la razón, y que podían ser formuladas
científicamente.
- Se basó en el culto a la razón,
que podía explicar no sólo la naturaleza, sino también la sociedad y el hombre,
y perfeccionarlos. La sociedad se debía organizar racionalmente, rechazando
viejas creencias y prácticas sociales.
- Progreso y felicidad popular
fueron las dos grandes consignas del siglo.
- Siglo optimista, expansivo y progresista.
Eran firmes partidarios de la educación y el progreso.
- El pensamiento ilustrado fue
minoritario, reducido a círculos de intelectuales de nobleza y clero. No
fue un pensamiento revolucionario, sino reformista.Los ilustrados fueron una
minoría culta formada por nobles, funcionarios, burgueses y clérigos. Básicamente
se interesaron por:
Reforma y reactivación de la economía
(preocupación por las ciencias útiles,
mejora del sistema educativo).
Crítica moderada de algunos
aspectos de la realidad social del país.
Interés por las nuevas ideas políticas
liberales, aunque, en su mayor
parte, no apoyaron planteamientos
revolucionarios.
Su afán reformista les llevó a chocar
con la Iglesia y la mayor parte de la aristocracia. En España, pese a los afanes ilustrados, la
mayoría del país siguió apegada a los valores tradicionales.
En la
primera mitad de siglo destacan Feijoo,
cuya obra se centro en la divulgación de la ciencia de Newton y en la crítica a
los prejuicios tradicionales y las supersticiones (Teatro Crítico, 1726) y Mayáns.
Durante este período se crearon las
principales Academias, instrumento
de difusión de las luces, Se establecieron la Real Academia de la Lengua,
Medicina, Historia, Bellas Artes de San Fernando, y, junto a ellas, el Jardín
Botánico y Gabinete de Historia Natural.
Tras el impulso reformista del reinado de
Fernando VI, la Ilustración llega a su apogeo en el reinado de Carlos III. Los ministros de este monarca, con
espíritu renovador, trataron de elevar el nivel económico y cultural del país. Los
escritos de Campomanes, Jovellanos, Capmany o Cabarrús muestran
la asimilación de las teorías económicas de la fisiocracia y del liberalismo
económico. Fruto de ese interés por los asuntos económicos y sociales fue la
creación de las Reales Sociedades
Económicas de Amigos del País, preocupadas por la difusión de las “ciencias
útiles” y el desarrollo económico.
El interés por la educación y el progreso
científico se concretó en la creación de nuevas instituciones de enseñanza
secundaria (Reales Estudios de San
Isidro), de enseñanza
superior (Colegio de Cirugía, Escuela de
Mineralogía,
Escuela
de Ingenieros de Caminos) y en la reforma de las Universidades y de
los Colegios Mayores.
El desarrollo de las ciencias experimentales fue importante: Mutis y
Cavanilles en Biología, Ulloa y Jorge Juan en Astronomía y Cartografía,
Piquer en Medicina.
También se desarrolló la literatura didáctica y crítica (Feijoo,
Jovellanos,
Cadalso
y Moratín con su célebre “El sí de las niñas”, y se desarrolló la prensa y
las revistas literarias y científicas.
La Ilustración trató de impulsar los
cambios “desde arriba”, por lo que había que convencer a la sociedad de la
conveniencia de las reformas. Para ello se utilizaron ciertos vehículos de
propagación de las ideas:
a) La
educación: planteaban una educación diferenciada, con una clara
finalidad pragmática (conocimientos útiles). Los grupos sociales superiores
debían aprender el nuevo pensamiento, para que fueran dirigentes. Las clases
populares limitarían su aprendizaje a conocimientos básicos e instrucción
técnica. Las reformas emprendidas fueron parciales y no llegaron ni a los tímidos
objetivos propuestos.
b) Las
Sociedades Económicas de Amigos de País: eran instituciones
privadas, fomentadas y ayudadas por Carlos III, y más por Campomanes.
Organizaban actividades de todo tipo para fomentar la aplicación de las nuevas
técnicas y nuevo pensamiento económico. Daban clases de: agricultura, artes e
industria, ofrecían premios, etc.
c) La prensa periódica: fue una
novedad del siglo, tuvo gran acogida durante la segunda mitad por parte del
público minoritario ávido de conocer las novedades científicas e intelectuales.
Era una prensa científica, literaria y sociológica. Respondía a las nuevas
concepciones ilustradas.
EJERCICIO
1:
Comenta el texto siguiente:
"No es una sola,
señor mío la causa de los cortísimos progresos de los Españoles en las
Facultades expresadas, sino muchas; y tales, que aunque cada una por sí sola
haría poco daño, el complejo de todas forman un obstáculo casi absolutamente
invencible.
La primera es el corto alcance de algunos de nuestros Profesores. Hay una especie de ignorantes perdurables, precisados a saber siempre poco, no por otra razón, sino porque piensan que no hay más que saber que aquello poco que saben.[..
La segunda causa es la preocupación, que reina en España contra toda novedad. Dicen muchos, que basta en las doctrinas el título de nuevas para reprobarlas, porque las novedades en punto de doctrina son sospechosas, esto es confundir a Poncio de Aguirre con Poncio Pilatos. Las doctrinas nuevas en las Ciencias Sagradas son sospechosas, y todos lo que con juicio han reprobado las novedades doctrinales, de estas han hablado. Pero extender esta ojeriza a cuanto parece nuevo en aquellas Facultades, que no salen del recinto de la Naturaleza, es prestar, con un despropósito, patrocinio a la obstinada ignorancia."
Fr. Benito Jerónimo
Feijoo y Montenegro, 1745
1. Clasifica el texto, explicando: tipo de texto, autor,
circunstancias concretas en las que fue escrito, destino y propósito por el que
se escribió.
2. Indica y explica las ideas que aparecen en el texto.
3. Explica la
relación con el contexto histórico y el período que se trata, desarrollando tal
época.
EJERCICIO 2: A partir de este
esquema construye un texto coherente sobre los temas que trata, debe ocupar más
de 15 líneas y estar relacionado con lo que se representa.
PEDRO LÓPEZ ARNEDO (Profesor de Historia de España- IES Margarita Salas-Majadahonda-).
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