martes, 6 de noviembre de 2012

SOLUCIONARIO EXAMEN DE NOVIEMBRE.2ºBB

FILA A y FILA B (CUESTIONES)

1. Conquista y Romanización: la pervivencia del legado cultural romano en la cultura hispánica:
La conquista de la Península Ibérica por Roma se inició con la Segunda Guerra Púnica
(219-201 a.C.)- siguió la campaña de Catón en 195 a.C. para reprimir las sublevaciones indígenas, las guerras contra los lusitanos (Viriato), la conquista de Numancia en 134 a.C. (centro y oeste) y finalizó con las guerras cántabro-astures dirigidas por Augusto y que finalizaron en el año 19 a. C. (norte).
La romanización: es el proceso de asimilación cultural de los modos de vida romanos por parte de los pueblos indígenas. Los principales focos de romanización fueron las ciudades; sus principales difusores los soldados y los comerciantes y sus hechos más destacados :
La legua latina: se impuso inicialmente en las ciudades y, más tarde, en las zonas rurales, donde se mezcló con las lenguas autóctonas. Aparece así el denominado latín vulgar, del que derivan las lenguas romances (castellano, francés, italiano…). En España nacieron filósofos y literatos como Séneca, Lucano y Quintiliano, cuyo idioma era el latín. 
El derecho romano: que defendía los derechos del individuo, especialmente el de propiedad.
La religión de Roma: incluido el culto al emperador. A pesar de ello, las creencias autóctonas no desaparecieron. Así mismo llegaron a España religiones como el cristianismo y otras del Mediterráneo oriental, como el culto a Mitra o a Isis.
La cultura romana tuvo un carácter eminentemente práctico y por ello fueron grandes ingenieros y grandes constructores de obras públicas. En la península podemos destacar los siguientes ejemplos:
·         Acueductos como el de Segovia.
·         Murallas como las de Lugo
·         Múltiples puentes como el de Alcántara o Mérida.
Además de estas obras públicas, Roma dejó importantes obras artísticas de utilidad pública como:
·         Arcos conmemorativos como el de Bará en Tarragona.
·         Templos como el de Diana en Mérida.
·         Anfiteatros como el de Itálica (Sevilla).
·         Teatros como el de Mérida.
La dominación de Roma dejó en Hispania una tupida red urbana (Tarraco, Cesar Augusta, Emerita, Toletum…) ligada por un complejo sistema de calzadas y otras infraestructuras públicas. Las construcciones monumentales: templos como el de Diana, en Mérida; foros y teatros como los de Mérida y Sagunto; anfiteatros como los de Itálica y Tarragona; puentes como el de Alcántara sobre el río Tajo o el de Mérida sobre el Guadiana; pantanos como el de Proserpina, en Mérida, y acueductos como los de Segovia y Mérida. Las calzadas: red de caminos empedrados, construidos por el ejército, que comunicaban las ciudades y por los que transitaban mercancías, viajeros y tropas. Las rutas principales eran la Vía August, con ciudades importantes como Tarragona, Cartagena, Sevilla y Cádiz, y la Vía de la Plata, donde se encontraban  Astorga, Cáparra y Mérida, entre otras ciudades.
2. La mezquita y el palacio en el arte hispanomusulmán:
Aunque la arquitectura andalusí se asentó sobre la tradición romano-visigoda y aportó los elementos más típicos del mundo islámico: arcos, cubiertas y la rica ornamentación basada en motivos geométricos, vegetales y epigráficos.
Hubo un progresivo predominio de los elementos decorativos, florales y geométricos, que se fueron imponiendo sobre las soluciones artitectónicas.
Fue un arte palatino desde el punto de vista social. El deseo de dejar constancia del poder político explica la ciudad-palacio. Ej: Madinat al-Zahra, de la Aljafería, o la Alhambra.
La mezquita  es el resultado de una religión sin imágenes, sin clase sacerdotal ni liturgia. Sólo necesita un gran espacio cerrado para la predicación y oración.
Carece de escenario y no tiene representación de la divinidad. En general había una gran rapidez en su ejecución, con grandes dimensiones. Materiales pobres, mucha decoración en yeso y mosaico. Más interés por interior que exterior.
La  gran mezquita de Córdoba es la obra emblemática de Al-Andalus. Su
construcción comenzó a mediados del siglo VIII, en tiempos del emir Abd-alRahman I, y más tarde sería objeto de sucesivas ampliaciones. Las partes más brillantes datan del siglo X, sobre todo de tiempos del califa al-Hakam II, en cuya época se construyó el espectacular mihrab, caracterizado por la riqueza de los materiales empleados (en particular, los mármoles), por la original solución constructiva de las originales bóvedas de nervios y, finalmente, por la impresionante fantasía decorativa que lo acompaña.Muy importante fue, asimismo, la impresionante  ciudad-palacio de Madinat al-Zahra, edificada en tiempos de Abd-al-Rahman III. Para su construcción se trajeron materiales de diversos lugares, como el norte de África, de donde
procedía el mármol. Madinat al-Zahra albergaba, en su parte superior, una serie de palacios; en la zona media, jardines y vergeles, y en la parte inferior, la mezquita mayor y las viviendas de los servidores de palacio.
Desafortunadamente, durante la guerra civil que precedió a la desaparición del califato, Madinat al-Zahra fue destruida.También hay buenos ejemplos del arte musulmán fuera de Córdoba, como la mezquita toledana de Bib al-Mardom, posteriormente convertida en la iglesia del Cristo de la Luz.Otros ejemplos esenciales de la arquitectura en Al-Ándalus son el Palacio de la Alfajería en Zaragoza, del período almorávide, la  torre de la Giralda en Sevilla, de tiempos almohades, y sobre todo, el palacio granadino de la Alhambra, obra cumbre de los nazaríes. Exponente de la potencia económica y el brillo cultural del reino nazarí es un recinto fortificado que sobresale por su fantasía ornamental así como la conjunción entre arquitectura y entorno natural. Tiene una parte militar: alcazaba, murallas y torres. Una parte publica,mexuar, Cuarto de Comares. Otra zona privada, harén, Cuarto de los Leones. Y los jardines, uno cercado, el Partal, y el Generalife, el mejor ejemplo de jardín islámico.

3. Los primeros núcleos de resistencia cristianos en la Edad Media:
Tras la rápida conquista musulmana de la mayor parte de la península, en las montañas del norte se comenzaron a organizar  núcleos de resistencia cristianos. Hasta el siglo X, estos núcleos simplemente resisten u ocupan zonas despobladas como el norte de la cuenca del Duero. La hegemonía en ese período está en manos de Al-Andalus.
El núcleo asturiano: el reino astur-leonés.
En el 722, un noble visigodo, Pelayo, y los indígenas astures derrotan en
Covadonga a un ejército expedicionario musulmán. A partir de ese momento comienza a organizarse el reino de Asturias.
Alfonso I (739-757) asume la herencia visigoda. Establece el "Fuero Juzgo" y otros elementos políticos. La emigración hacia el norte de población visigodo hispanorromana (mozárabes- población más culta) refuerza esta continuidad.
Alfonso II (791-842) establece la capital en Oviedo. Durante su reinado se descubre la tumba del Santiago, origen de la gran peregrinación.
Alfonso III (866-910) lleva la frontera hasta la línea del río Duero, ocupando la cuenca norte ("tierra de nadie"). Se escriben varias crónicas que refuerzan la idea de la continuidad del reino astur-leonés y el reino visigodo. A su muerte se traslada la capital a León.
Castilla fue la peligrosa frontera SE: el reino de León, para defender esta frontera: se alía con rebeldes muladíes del Ebro y fortifica Castilla, hacia el 850
Rodrigo primer conde Castilla, en IX y X repobladores cantabros y vascos que forman comunidades de campesinos-guerreros y se rigen por costumbres antiguas (jueces castilla), no por ley de León ni el Fuero Juzgo, más libertad lleva a particularismo castellano. El conde Fernán González (927-970) concentra poder, sus sucesores casi independientes.
El núcleo navarro:
La zona pirenaica occidental se hallaba entre el estado franco y Al-Andalus.
Tras diversos acontecimientos (Batalla de Roncesvalles contra los francos en el
778) se impuso en el que se denominó reino de Pamplona la dinastía Íñiga.
El núcleo navarro llegó a su apogeo con Sancho III el Mayor. Rey de Navarra entre los años 1000-1035, extendió su poder a Aragón y Castilla. Fue el monarca más poderoso de los reinos cristianos de la Península Ibérica en el s.XI.
El núcleo aragonés:
Zonas de débil poblamiento en el Pirineo central. Bajo la influencia primero de los carolingios, después de los navarros. Escasos avances en la reconquista ante el potente núcleo musulmán en torno al valle del Ebro. A principios S. X, cierta autonomía, entra en zona influencia Navarra. Matrimonio hija del conde de Aragón con rey de Navarra, vinculación de ambos tras 970.
El núcleo catalán:
En la zona del norte de la actual Cataluña, el reino franco carolingio estableció la Marca Hispánica. Organizado en condados, pronto el Condado de Barcelona predominó sobre los demás. Vifredo el Velloso reconquistó algunos territorios. Ya en el siglo X, los sucesores de Vifredo el Velloso dejaron de prestar el homenaje feudal debido al monarca francés. El condado de Barcelona pasó a ser un ente político independiente.
 4.Diversidad cultural: cristianos, musulmanes y judíos:

Durante  la Edad Media, a la vez que la guerra y el enfrentamiento, tuvo lugar la coexistencia y la fusión entre las tres culturas y religiones presentes en la península: la cristiana, la musulmana y la judía.
Hasta el siglo X, la España islámica fue culturalmente muy superior a los reinos cristianos. Sólo los monasterios, como el de Ripoll o Sahagún, preservaron y trasmitieron la cultura mediante la copia y conservación de libros. 
En el siglo IX tuvo lugar un hecho clave: el descubrimiento de los restos del apóstol Santiago. Nació así la Ruta Jacobea de peregrinación. El Camino de Santiago se convirtió en una ruta clave en la difusión cultural. Llegaron modelos literarios, como los cantares de gesta, y estilos artísticos, como el románico y el gótico. La influencia cultural también tuvo lugar en sentido contrario y las aportaciones culturales de los reinos cristianos hispanos y la influencia de la cultura hispanomusulmana llegaron al resto de Europa. 
A partir del siglo XI se inicia un fuerte desarrollo cultural paralelo a la formación de las lenguas romances: castellano (Cantar del Mio Cid, 1207), gallego, portugués, catalán-valenciano. En el s. XIII aparecieron las Universidades (Salamanca, 1218).
El puente cultural entre mundo islámico y cristiandad fue la prestigiosa Escuela de Traductores de Toledo que alcanzó su apogeo con Alfonso X el Sabio     (s. XIII). Allí colaboraron cristianos, musulmanes y judíos que traducían del árabe al latín y, luego, directamente al castellano. La Escuela fue muy importante en la difusión en la península y europea de las obras científicas, filosóficas y literarias de griegos, romanos y orientales.

5. La organización económica y social de Al-Andalus:
La Economía
La España musulmana supuso importantes cambios en el terreno económico.
En la  agricultura los musulmanes impulsaron la práctica del  regadío, con novedades tan significativas como la noria, al tiempo que difundieron cultivos como los cítricos, el arroz, el algodón o el azafrán. No obstante, los cultivos principales de las tierras hispanas siguieron siendo los mismos que en la época
romano-visigoda: los cereales, la vid y el olivo.
En la ganadería, el descenso de la cabaña porcina por la prohibición coránica, se compensó con el desarrollo del ganado ovino o equino. La apicultura vivió un desarrollo espectacular.
En la minería sobresalió la extracción de plomo, cobre, cinabrio y oro, que se obtenía del lavado de diversos cursos fluviales.
La producción de  manufacturas se desarrolló fuertemente, en especial la producción textil, en la que destacaron los brocados cordobeses  o los tejidos de Zaragoza. La cerámica, las armas, la fabricación de papel y de vidrio, y el trabajo de las pieles y los metales preciosos tuvieron presencia en las ciudades de Al-Andalus.
En cuanto al comercio, actividad muy elogiada en los propios textos coránicos, se vio favorecido por la acuñación de dos tipos de monedas, el dinar de oro y el dirhem de plata, y por la densa red viaria heredada de tiempos romanos. El comercio interior se efectuaba en el zoco de las ciudades, donde ocupaban un puesto privilegiado los bazares, centros en los que se vendían productos de gran calidad. En los zocos también había  alhóndigas, centros que servían para almacenar mercancías, así como para alojar a los comerciantes que venían de fuera.
Al-Ándalus mantuvo también un intenso comercio  exterior, tanto con los restantes países islámicos como con la Europa cristiana. Exportaba, ante todo, productos agrícolas (aceite, azúcar, higos, uvas), minerales y tejidos, e importaba especias y productos de lujo del Próximo Oriente;  pieles, metales, armas y esclavos de la Europa cristiana; y oro y esclavos negros procedentes del territorio africano de Sudán.
La Sociedad:
Aunque la mayor parte de la población de Al-Andalus vivía en el medio rural, las ciudades tuvieron una gran importancia, algo que contrastaba fuertemente con el panorama de la España cristiana durante los siglos VIII al XI.
Las ciudades andalusíes se desarrollaron en su gran mayoría a partir de las existentes en los tiempos romano-visigodos. Pero los musulmanes también crearon ciudades nuevas, como Almería, Madrid o Calatayud. Córdoba, que en la época califal, llegó a contar con más de 100.000 habitantes, cantidad muy considerable en aquella época.
En la cúspide de la  sociedad andalusí estaba la  aristocracia (jassa), en su mayor parte integrados por familias de origen árabe, aunque también figuraban en ella algunos linajes de ascendencia visigoda. Este grupo social poseía grandes dominios territoriales y la ocupaba los altos puestos en la administración. En el otro extremo de la sociedad se hallaban las  clases populares (amma), formadas por artesanos modestos y labriegos, en su mayor parte bereberes del Norte de África y muladíes.
También existió lo que podríamos denominar una clase media, formada esencialmente por los mercaderes.
En Al-Andalus había esclavos procedentes de Europa oriental y del centro de
África. Hay que destacar, por último, la evidente situación de inferioridad que padecían las mujeres en con respecto a los hombres.
Los  hispanovisigodos se dividían en  muladíes (los más numerosos) que eran cristianos convertidos al Islam (y así no pagaban el dimni o tributo) y  mozárabes, cristianos muy arabizados(empeoran sus condiciones cuando llegan los imperios norteafricanos a Al-Andalus). También había  judíos, generalmente en las ciudades con oficios especializados (médicos, prestamistas, etc.). Había esclavos. Inferioridad de la mujer.

COMENTARIO DE UNA FUENTE HISTÓRICA:

Explica el contenido:
 Se trata de un mapa histórico de la Península Ibérica en dónde se refleja la conquista musulmana del reino visigodo de Toledo, en él observamos flechas rojas que marcan las expediciones de conquista desde Gibraltar y Algeciras hasta los pasos pirenaicos de Roncesvalles por el Oeste y Perthus por el Este, desde el primero se dirigen hasta Poitiers, donde serán derrotados por los merovingios (Carlos Martel), se marca en color amarillo la resistencia cristiana de la Cordillera Cantábrica de Don Pelayo (un noble de origen visigodo que se refugia en la zona y que con los astures y cántabros y otros refugiados visigodos derrotará a los musulmanes en Covadonga-inicio de la Reconquista-, en esta zona se marcan también con líneas las zonas de menor presencia musulmana, se menciona el año de conquista de las principales ciudades visigodas (por ejemplo: Zaragoza (714) o Toledo (712)/, con un punto a modo de estrella se especifican los núcleos de resistencia visigoda (Écija, Mérida y Segoyuela) en dónde la conquista militar queda de manifiesto, recordemos que los musulmanes y los nobles visigodos pactan la conquista en muchas otras ciudades. finalmente podemos observar la principal batalla de la conquista musulmana contra el rey Rodrigo y las huestes visigodas: Batalla de Guadalete (Julio de 711).
Contexto Histórico:
Los árabes musulmanes, alentados por la idea de la "guerra santa", iniciaron en el siglo VII una rápida expansión por el Oriente Medio y el norte de África,llegando hasta las costas del océano Atlántico.
Aprovechando la  crisis interna del reino visigodo, envuelto en una de sus constantes luchas internas por el poder monárquico, tropas musulmanas,compuestas por árabes y beréberes, cruzaron el estrecho de Gibraltar en el
año 711 iniciando la conquista de la Península Ibérica. Dirigidos por el beréber Tariq, lugarteniente del gobernador del Norte de África,Musa, los musulmanes derrotaron en la batalla de Guadalete (711) al último rey visigodo, Rodrigo –Roderico-, que perdió la vida en el combate.Los invasores decidieron proseguir el avance por las tierras hispanas, primero en dirección a Toledo, posteriormente hacia Zaragoza. En  apenas tres años(714) los musulmanes lograron conquistar la mayor parte de las tierras hispánicas sin encontrar apenas resistencia (capitulaciones). Solo las regiones montañosas de las zonas cantábrica y pirenaica escaparon a su control. Diversos  nobles visigodos decidieron pactar con los invasores, como fue el caso de  Teodomiro, en la actual Murcia. Las escasas fuentes disponibles nos hacen pensar que la conquista se realizó principalmente mediante capitulaciones y rendiciones acordadas  entre los señores godos y los conquistadores musulmanes. La violencia fue más la excepción que la regla.Esto nos explica la rapidez de la conquista.Junto a los árabes, que ocupaban los puestos dirigentes, grupos de bereberes del norte de África engrosaron las filas de los invasores musulmanes. Los árabes tenían fuertes  estructuras tribales que mantuvieron largo tiempo fuertes
enemistades que pronto se manifestaron al repartirse las tierras ocupadas. A todos estos problemas entre los árabes, hay que añadir los provocados por los  beréberes islamizados del norte de África, reacios a someterse a un autoridad central. Resultado de todo ello fue un oscuro  período de luchas y enfrentamientos entre los distintos clanes árabes, y entre árabes y beréberes, que durará toda la primera mitad del siglo VIII.

COMENTARIO DE FUENTE HISTÓRICA (FILA B):


Explica el contenido:
La fuente histórica que se nos presenta es un mapa histórico de la Península Ibérica en dónde podemos percibir los territorios ocupados por los pueblos prerromanos, observamos en el Centro y Oeste: los Celtas(en color rojo), en el Norte entre la Cordillera Cantábrica y los Pirineos (Vascos) y los Íberos en la costa mediterránea y el interior más cercano-coloreado en amarillo- y luego las colonizaciones históricas de Fenicios al Sur, Cartagineses en el Centro e Islas Baleares y los Griegos en el Norte, siempre en la zona de la costa mediterránea pues es por este mar por dónde llegan estas civilizaciones,(remarcando con líneas sus principales bases o factorías).
Contexto Histórico:
Los pueblos que habitaban la Península antes de la llegada de los romanos se conocen con el nombre de prerromanos. Agrandes rasgos se distinguen tres grupos, los pueblos del área mediterránea o íberos, los que ocupan el centro peninsular o celtíberos y los instalados en el norte y noroeste o celtas.

Los Íberos(Indigetes, Turdetanos…): son los pueblos más influidos por las colonizaciones externas, se localizan en el Este y en el Sur desde el Pirineo catalán hasta el Algarve portugués. Son pueblos urbanos y mercantiles (a veces organizados en confederaciones de ciudades-estado) y dedicados a la agricultura, la ganadería y el comercio. Producen un arte muy refinado (Dama de Elche)
Los celtíberos (Carpetanos, Lusitanos…): Se sitúan en el Centro y Oeste peninsular. La influencia de los colonizadores es muy débil. En el aspecto artístico, destaca la cultura de los verracos entre los vetones del valle del Tajo. Los verracos son grandes esculturas de animales ligadas a cultos ganaderos. El más célebre ejemplo son los Toros de Guisando.
Los Celtas:Galaicos, astures, cátabros, várdulos, vascones.... se asentaron desde Galicia al Pirineo aragonés.Pueblos muy atrasados, tenían una economía basada en la ganadería, la recolección y la pesca. El peso de la agricultura era escaso.Como restos arqueológicos, destacan los castros, poblados de viviendas circulares construidos por los galaicos. Un buen ejemplo es el Castro de Coaña.
Las Colonizaciones Históricas:   A partir del siglo IX a.C. tienen lugar diversas colonizaciones. Aparecen en las costas mediterráneas los fenicios, griegos y cartagineses, buscando metales en los que la Península Ibérica era rica (oro, plata, cobre, hierro y estaño), pero también se interesaron por la sal y productos de pesca, fundando colonias cercanas al mar (puertos). Dentro de su legado destacan: la introducción de nuevos cultivos como el olivo y el esparto, el torno del alfarero, la acuñación de monedas o el alfabeto (fenicio y griego). La colonización fenicia: fue exclusivamente comercial, procedía de Fenicia (actual Líbano) y establecieron factorías comerciales destacando: Gades (Cádiz), Sexi (Almuñecar) y Malaka (Málaga). Después llegaron los griegos que fundaron Rhodas y Emporion (Rosas y Ampurias) en la costa de la actual Girona y Denia. Se piensa que los griegos introducen el cultivo de la vid y el olivo. Colonización cartaginesa proveniente del Norte de África (actual Túnez), fundaron Carthago Nova (Cartagena), conquistarán todo el Sur peninsular y se enfrentarán a los romanos, tomando como base sus colonias peninsulares (Guerras Púnicas).
 Todos estos pueblos y colonizaciones configuran la Historia Antigua de la Península Ibérica hasta la llegada de los romanos, que quizá dejen una impronta mayor o al menos queda más presente en el trabajo del historiador.


 PEDRO LÓPEZ ARNEDO (Profesor de Historia de España).


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